El Real Zaragoza llega al final de octubre con el partido del domingo ante el Mirandés para acabar el mes y con una crisis otoñal que en los últimos años es más que un clásico en el club aragonés, que no hay manera que regatee un mal momento, de mayor o menor intensidad, cuando el calendario desgrana los meses de octubre y noviembre y los árboles se quedan sin hojas. En esta ocasión, el equipo blanquillo vive una racha de ocho empates consecutivos y una situación en la zona baja de la tabla, con los mismos puntos que el descenso, que señala de lleno a una crisis de resultados, aunque es verdad que no ofrece la imagen de un bloque muerto y que ha hecho muchos más méritos de los que la tabla dice.

Pero, en todo caso, la clasificación es la que es y habla de la realidad objetiva para repetir como 'el día de la marmota' este perenne mal momento que el Zaragoza vive a estas alturas desde que dio con sus huesos en Segunda en el 2013. Incluso ya antes, con Agapito Iglesias y en Primera tuvo episodios. En 2009 Marcelino García Toral cayó a mediados de diciembre tras coleccionar malos resultados antes, José Aurelio Gay, en el 2010, lo hizo en noviembre y Javier Aguirre esperó al parón navideño en 2011 porque el expropietario lo mantuvo de forma casi artificial con el equipo en una clara cuesta abajo.

Sin embargo, en la categoría de plata, esa sensación de que el otoño es tiempo para coleccionar malos momentos ha aumentado. De manera exponencial además. Nada más bajar y aún con Agapito al mando, Paco Herrera estuvo a punto de caer en noviembre del 2013 tras sumar dos puntos de 15 y con Bordalás esperando ya la llamada de García Pitarch. El equipo se levantó después y en enero alcanzó su cénit para terminar por caer y vivir el entrenador catalán su destitución en la jornada 30. La temporada, con sufrida salvación, la acabó Víctor Muñoz.

El curso siguiente, el primero con la Fundación, el entrenador aragonés ya empezó con mal pie y su enfrentamiento con algunos de los miembros del club derivó en su salida en la jornada 14, tras caer en Soria un 22 de noviembre y acumular un punto de 12. Con todo, aquel Zaragoza era octavo. Ranko Popovic tomó el pulso y el equipo se quedó a 7 minutos de subir en el estadio de Gran Canaria en el 'playoff' ante Las Palmas.

En la temporada siguiente, Popovic, y también Martín González, director deportivo, hicieron las maletas en Navidad, pero la crisis se gestó en noviembre para detonar un mes después, aunque el Zaragoza también era octavo por entonces. El curso acabó con Lluís Carreras y con aquella noche terrible en Palamós ante la Llagostera.

En la 16-17, Luis Milla fue destituido el 23 de octubre tras seis partidos sin ganar y con el Zaragoza dos puntos por encima del descenso tras 11 jornadas. Raúl Agné, su sustituto, aguantó hasta la jornada 30 y la campaña la salvó César Láinez en el tramo final. En la 17-18, Natxo González, que aguantó todo el curso, estuvo a punto de caer en Navidad después de que en noviembre y diciembre sumara 8 puntos de 24. El equipo remontó en la segunda vuelta y acabó tercero, pero el Numancia fue el verdugo después.

En la 18-19, Idiakez solo duró 10 jornadas para ser destituido el 21 de octubre tras una racha de seis partidos sin ganar y tres puntos de 18 que trajo a Lucas Alcaraz, que solo amaró cinco de los 24 siguientes. Víctor Fernández, llegado en la última jornada antes del parón navideño, fue el encargado de que el Zaragoza no se fuera a Segunda B.

Los tres últimos cursos

El técnico zaragozano logró, al igual que Natxo, estar una temporada completa en esta andadura por Segunda. El ascenso lo anularon la pandemia y una horrible gestión tras la misma, pero antes hubo un momento delicado en octubre y noviembre, en el que el Zaragoza de Víctor solo sumó 10 puntos de 33 posibles, con únicamente dos victorias en 11 encuentros, antes de volver a levantar el vuelo. Y, el curso pasado, Baraja se marchó tras perder en Tenerife un 8 de noviembre, con solo 10 puntos en 10 jornadas. Iván Martínez empeoró esos datos para firmar solo tres de 24 posibles para que a mediados de diciembre arribara JIM y se lograra una salvación que por entonces parecía un milagro.