El Real Zaragoza ha comunicado a la plantilla que abonará la nómina de octubre, que tenía que haber pagado a finales de ese mes, a los futbolistas en dos plazos, uno en los próximos días y otro más adelante, sin fecha aún concreta. La situación apunta a repetirse también en los meses de noviembre y diciembre y los jugadores de la plantilla ya son conscientes de ello, lo mismo que también se podría dar en aquellos que tienen el pago en diciembre de la parte de la ficha semestral, aunque muchos ya lo tienen dividido en pagos mensuales. No es la primera vez en los últimos tiempos que hay un retraso en los compromisos con la plantilla, aunque sí que en esta ocasión parece que va a ser de mayor duración. Con todo, en el vestuario no cunde aún la preocupación y hay cierta tranquilidad puesto que la SAD siempre ha cumplido en estos años con sus obligaciones con los jugadores y así lo exige también el control económico de LaLiga

La situación viene a refrendar que en la tesorería se adivinan tensiones en el segundo tramo de la temporada, con mayores dificultades de pago a partir de febrero. La SAD sostiene que cada temporada hay un déficit de caja en torno a los 10 o 12 millones, es decir la diferencia entre los ingresos y las obligaciones que tiene el club, en una parte importante de las derivadas de esa deuda enorme que heredó cuando compró el club a Agapito Iglesias, más de 106 millones. En este curso no se ha producido un traspaso importante en verano, como los de Guti en 2020, o los de Pep Biel o Soro en los años anteriores ni tampoco ha habido aportaciones de la Fundación Zaragoza 2032, que además hace tiempo que no funciona como un ente unitario. Es cierto, eso sí, que el aplazamiento del pago de la anualidad del concurso de acreedores, de 2,47 millones, tras la modificación del convenio a septiembre de 2022 y el préstamo del fondo CVC a los clubs de LaLiga, del que una parte (15%) puede ir destinado al límite salarial, que se ha quedado en 5,7 millones, otro 15% al pago de deuda o un 70% a la mejora de la infraestructuras han aliviado algo ese déficit, pero no sería suficiente.

Con la operación de compraventa con Spain Football Capital parada por la falta de garantías económicas, con la opción de una negociación con una filial de CVC rota desde julio y la vía de Ander y César frenada por las diferencias a la hora de controlar la gestión deportiva con una inversión de tres millones, el Real Zaragoza no ha encontrado la entrada de capital necesaria para resolver su situación. Los accionistas principales, que no mayoritarios, la familia Yarza, Juan Forcén y Carlos Iribarren, abogan por su salida del club, que tienen decidida, en tanto que la familia Alierta asegura, según su entorno, que desea salir pero que de momento ninguna de las opciones que se han presentado, conocidas o no, ha tenido las suficientes garantías o su total aprobación para que el Zaragoza se quede en las mejores manos posibles. En todo caso, cualquier operación de compraventa pasa por la decisión de la familia Alierta, ya que entre César y su sociedad Prado de Altaoja (49%) y Sainz de Varanda (1,56%), vicepresidente y consejero delegado, controlan la mayoría del capital social, que asciende a 6,3 millones.

El control del club

El consejero delegado es ahora el hombre fuerte del club después de que durante mucho tiempo la entidad haya estado más controlada por la familia Yarza y Forcén, con muchos ejecutivos de su confianza en el día a día. Esos directivos siguen, pero de un tiempo a esta parte es Sainz de Varanda el que está tomando con fuerza esa gestión diaria y persigue ahora un crédito bancario con el que acometer una refinanciación parcial de la deuda, de unos 10 millones, para cubrir las necesidades económicas hasta final de temporada y de la siguiente. La otra vía que se está explorando es la de buscar un préstamo global de alrededor de 40 millones y refinanciar gran parte de la deuda durante un mayor número de años. Esa deuda, a 30 de junio de 2020, era de 71 millones de euros, y en las cuentas que se van a presentar en la próxima Junta de Accionistas antes de final de año se habría reducido en tres millones, hasta los 68 en junio de 2021.

Sin, de momento, esa entrada de capital y descartando de plano cualquier aportación de los actuales miembros de la Fundación la salida para aligerar las tensiones de tesorería está en un traspaso en enero y, como ya contó este diario, es Francés el que podría ser el elegido, ya que es un futbolista cotizado y varios clubs están detrás de su fichaje. El Sevilla es de largo el más interesado, aunque ve la inversión más en junio que en enero, pero también el Valencia, el Villarreal, el Celta o la Real Sociedad le están haciendo un seguimiento exhaustivo al futbolista, titular indiscutible en la sub-21 y que también ha estado en las agendas de Real Madrid o Juventus. En verano, el club pudo vender a Juanjo Narváez al Elche, pero pidió cuatro millones, y la propuesta ilicitana era de dos más incentivos, para llegar hasta los tres, mientras que otro jugador que podría salir traspasado es Chavarría, que tiene cierto mercado, aunque su venta sería por cifras mucho más modestas que las de Francés o Narváez.