El Periódico de Aragón

El Periódico de Aragón

La opinión de Sergio Pérez

La deshonra de la Copa y el rompecabezas de Escribá

El entrenador está ante un rompecabezas al que le faltan piezas. Tendrá que ordenarlas del mejor modo posible en la Liga tras el adiós sin honores y vergonzoso del torneo

El primer once inicial de Escribá en el Real Zaragoza. REAL ZARAGOZA

Al contrario de lo que suele ser habitual en una dinámica normal, pero con unas circunstancias muy particulares, el debut de Fran Escribá en el banquillo, el Real Zaragoza se presentó en Arroyo de la Luz para jugar contra el Diocesano con todo lo que hay. El entrenador usó un once de inicio que bien podría haber sido el primero en la Liga frente al Málaga si no hubiera habido Copa de por medio. Ahora seguro que tendrá en mente algo distinto y muy moldeado, visto el esperpento que tuvo que ver.

Escribá no se guardó nada y empezó a mostrar su querencia: juntó en la punta del ataque a Gueye y Simeone en una primera declaración de intenciones, le dio la titularidad a Ratón en lugar de a Rebollo en ausencia de Cristian, jugó con la clásica línea de cuatro atrás y con los cuatro más clásicos (Gámez, Francés, Jair y Gabi Fuentes) y, en el medio, juntó a Grau, Zapater, Eugeni y Mollejo. Se quedaron fuera Bermejo y Vada, dos futbolistas habituales para Juan Carlos Carcedo. Luego, con la deriva que tomó el encuentro (1-0 en contra al descanso), los dos saltaron al césped. El madrileño ideó alguna jugada distintiva, tesoro mayor en este equipo menor.

El partido y la dura derrota le servirán a Escribá para modular su idea e ir tomando decisiones consecuentes. Fran Gámez se vio implicado en la acción del penalti en contra, con un importante error en el control dentro del área, que posteriormente comprometió a Ratón. Una vez más, el arquero volvió a salir feo en la foto, como ha sido costumbre en sus últimas apariciones.

Serias carencias

El Real Zaragoza apenas disparó a puerta en la primera parte y volvió a evidenciar un serio problema de generación de juego en el centro del campo, en el que el técnico tendrá que poner un énfasis especial y elegir bien los nombres entre lo que dispone. En la sala de máquinas, el equipo no maquina nada y, así, nada puede pasar más adelante. En ese área falta intención, creación, dinamismo y fútbol. Hay lagunas profundas que no se cubrieron en el mercado de verano. Arriba camparon juntos Simeone y Gueye, aquello que tanto se le reclamó a Carcedo y casi no usó. Dijo Escribá en su presentación que quiere darle cariño al senegalés. El día uno de su era se lo dio. Ahora, Pape tendrá que corresponder con goles y juego, que de momento nada de ello ha aportado, acaso solo una imagen de futbolista torpe y con una sola virtud: un poderoso remate de cabeza en el área. En el descanso se quedó en la caseta. En nada se verá amenazado por la recuperación de Iván Azón.

En la segunda parte, el Zaragoza volcó el partido hacia el área del Diocesano y merodeó el gol de manera tímida. No lo logró porque para este equipo marcar es casi una misión imposible, incluso ante un rival para el que dejar la portería a cero era un sueño de verano. Culminó así el encuentro con una derrota tremendamente deshonrosa, los mismos déficits de siempre y la eliminación del torneo sin ningún honor, de modo vergonzoso. Escribá tiene mucho trabajo por delante, seguramente más del que creía. Está ante un rompecabezas al que le faltan piezas. En la Liga tendrá que ordenarlas de la mejor manera que sea capaz para optimizar el rendimiento hasta el punto de poder competir por los partidos y las victorias.

Compartir el artículo

stats