Se marcó el Real Zaragoza, y en concreto Raúl Sanllehí, el plazo de este mes de noviembre para cerrar el nuevo máximo responsable de la parcela deportiva, y solo quedan ya dos días, y en el casting que amplió tras la destitución de Miguel Torrecilla el pasado 6 de noviembre, tras los tanteos que ya había hecho antes, el elegido fue Juan Carlos Cordero, tal y como contó este diario, sabiendo que el actual director deportivo del Tenerife se tiene que desligar de su club. Y hasta ahora no lo ha conseguido. El acuerdo entre el Zaragoza y el ejecutivo cartagenero está pactado, pero es necesaria una salida en un escenario que ahora mismo es una partida de ajedrez a tres bandas.
Cordero planteó hace unos meses, tras el cambio de accionariado en el Tenerife, al aludir que no se sentía cómodo con la nueva forma de trabajar en el área deportiva de la entidad, una salida pactada y esta no fue aceptada por el club por las condiciones que puso el ejecutivo para la misma. Ahora, con la propuesta del Zaragoza encima de la mesa, aunque los primeros tanteos del club aragonés ya llegaron a finales de octubre, el Tenerife señala a Cordero el blindaje que firmó cuando renovó en junio hasta 2025 y que desveló El Día de Tenerife. Con él, tanto una como la otra parte tiene que abonar si desean romper el contrato lo que le queda por percibir en ese vínculo al director deportivo, cuyo contrato ronda los 300.000 euros anuales. Dado que le restan dos años y medio, su salida estaría ahora en torno a los 750.000 euros.
Unos 500.000 euros
La cifra es pues elevada y el Tenerife de momento se remite a ella. Otra cosa es que en la negociación se pudiera dar una rebaja de la misma y que el ejecutivo saliera por unos 500.000 euros. Eso sí, en ningún caso lo haría gratis, por lo que el Zaragoza tendrá que pagar alguna cantidad para que su candidato número uno para la dirección deportiva llegue al puesto. En esa partida de ajedrez, Cordero tiene tomada la decisión, ha presionado y va a presionar para su salida, pero el último punto, el pago de su cláusula, ya no depende de él.
El acuerdo que Sanllehí tiene con Cordero es por tres años, de la misma duración que tiene en el Tenerife, y también los emolumentos, teniendo en cuenta que el ejecutivo llegaría con dos de sus hombres de confianza en el club isleño, Santos Olmo y Alberto González. El director deportivo llegó al Tenerife en febrero de 2020 y antes desempeñó ese cargo en el Ciudad de Murcia, el Granada 74, el Granada y el Cádiz.
La inminencia de los tiempos, la necesidad de cerrar ese director deportivo, con el mercado de enero del Zaragoza, que se prevé agitado (entre tres y cinco refuerzos y no menos de cinco salidas), cada vez más cerca juegan en contra de la negociación, pero en ninguna de las tres partes se da el escenario como roto, ni mucho menos. Eso sí, esta semana es la decisiva para que Cordero llegue al Zaragoza o lo haga otro candidato. Si no hay acuerdo con el Tenerife, llegará otro director deportivo entre los más de 20 que ha tenido el casting de Sanllehí.
A todos ellos se les ha pedido un informe de su proyecto deportivo y con algunos se ha entrevistado el director general. Juanan Pérez, exsecretario técnico de Getafe y Osasuna, fue de los primeros en ser tanteado y sigue en la terna, no así Rubén Reyes, que va a permanecer en el Getafe. Mientras, Pep Boada también estaría entre las alternativas y al exdirector deportivo del Granada cuenta con el aval de que Sanllehí conoce de sobra su trabajo tras coincidir ambos muchos años en el Barcelona. Por eso estaría entre los favoritos, en una lista en la que han estado Fernando Soriano, Loren Juarros o Gabi Fernández, este último con más apoyos externos de su agencia de representación o del Atlético que experiencia. Sin embargo, el candidato elegido es Cordero, pero hay que ver hasta a qué punto lleva a cabo su apuesta el Zaragoza.
