La 25ª jornada de Segunda

Un regate al terror

El Real Zaragoza busca una obligada victoria en La Romareda ante la Ponfedarrina para huir del fantasma del descenso

Zapater, Bermejo y Alarcón, en un esprint durante un entrenamiento en la Ciudad Deportiva.

Zapater, Bermejo y Alarcón, en un esprint durante un entrenamiento en la Ciudad Deportiva. / JAIME GALINDO

S. Valero

Entre el frustrante mercado de enero que vive el Real Zaragoza, incapaz de hacer hueco con salidas en su plantilla para buscar los refuerzos que eleven el nivel de un equipo que hasta ahora solo ha demostrado un perfil bajo en esta Liga, se cuela el decisivo partido ante la Ponferradina que cierra la jornada 25. El duelo en el tramo final de la ventana y con el despiste propio de estas fechas de teóricas idas y venidas es tan importante como lo que muestra la tabla. El Zaragoza saca cuatro puntos a los bercianos, que marcan la zona de descenso. Con eso está dicho todo. Cualquier resultado que no sea ganar en La Romareda aumentará la dimensión del miedo, aunque una derrota será directamente un pasaporte al terror zaragocista.

Si la 'Ponfe' asalta por primera vez en su historia La Romareda, ya que en Liga suma cinco derrotas y un empate, se colocará a solo un punto de los zaragocistas y estos a solo tres del descenso que pasará a marcar el Racing. Solo un vistazo a ese panorama ya equivale a establecer el valor tremendo de ganar para un Zaragoza que remontó en Villarreal ante el filial groguet y que perdió en Gijón doblegado por las adversidades. El Zaragoza de Escribá ha mejorado al de Carcedo en resultados y sobre todo en capacidad ofensiva, pero sigue lejos de ser un bloque fiable y regular. La mejor prueba es que no ha sido capaz de sumar dos triunfos consecutivos para dar consistencia a la reacción cuando el nuevo entrenador cumplirá esta noche la decena de jornadas como zaragocista en el campeonato liguero.

Con Giuliano y Azón arriba

La noche, en lunes y con el frío, aunque al menos es jornada festiva en Zaragoza al trasladarse el patrón, no invita a pasarse por La Romareda, pero sí lo hace el carácter trascendental del duelo y para un equipo tan irregular y al que le sobra tan poquito cualquier ayuda de su gente es más que fundamental. Al menos, Escribá tiene buenas noticias desde la enfermería, ya que la sucesión de infortunios que ha imposibilitado que Iván Azón y Giuliano Simeone, sobre todo del canterano, se juntaran en el once, acaba hoy, tras casi cuatro meses desde que lo hicieron en Santander allá por el 12 de octubre y teniendo en cuenta que solo lo han hecho en tres ocasiones en este curso y solo han coincidido sobre el césped en 228 minutos en total, poco más del 10%.

El regreso de Bermejo

Escribá cuenta así con su mejor dupla en ataque, en el 4-4-2 habitual que usa, y además recupera a Bermejo tras aquella fuerte rotura en el aductor que sufrió en Leganés el 19 de diciembre. Que el madrileño es clave en este Zaragoza es evidente y el propio Escribá lo vino a reconocer sin tapujos aunque tras más de un mes de baja la lógica invita a la prudencia para que Mollejo se desplace a la banda, posición en la que Carcedo le utilizó más de lo que lo ha hecho el entrenador valenciano, que lo ha situado arriba, y en el otro costado juegue Puche, de temprana e injusta salida en Gijón por la roja que vio Alarcón.

La plaza del chileno, hasta ahora fijo, en la sala de máquinas apunta a ser para Zapater, con ventaja sobre Jaume Grau, porque a Escribá le gustan más los centrocampistas dinámicos y de despliegue, mientras que Lluís López regresará al eje de la zaga y todo apunta a que Larra se mantendrá de lateral por la baja de Fran Gámez pese a su error en el gol del Sporting. A pesar de esa ausencia y sin los sancionados Alarcón, Nieto, Jair y Vada, Escribá solo va a citar a Marcos Luna, al que no le ha dado ni un minuto en el lateral, del Deportivo Aragón y está por ver su decisión con los descartes. Jairo Quinteros, de nula presencia y segura salida, se ha ejercitado los dos últimos días al margen por unas molestias en el talón y no estará, mientras que James y Petrovic, despedidas claves en este enero, ya fueron descartados en Gijón y saben que deben irse. Otra cosa es que lo hagan.

Entre ese runrún de salidas y llegadas, sin el ansiado extremo ni más fichaje que Alarcón, se mueve este Zaragoza gris y que ha logrado 13 puntos de 27 con Escribá, una mejora con respecto a los 16 de 45 de Carcedo, aunque insuficiente, ya que solo le ha valido para mantener el descenso con un cierto colchón, pero no, ni de lejos, para dar el salto a zonas más calientes de la tabla. La Ponferradina, en la que también David Gallego relevó a Gomes en el banquillo solo una jornada después de lo que lo hizo escribá, sabe que su única meta es la permanencia. Y también sabe que asaltar La Romareda supone meter en el lío al Zaragoza.

Un rival incómodo

Ha mejorado la 'Ponfe' con Gallego, ya que es algo más sólida en defensa, aunque solo suma 8 puntos de 24 con su nuevo técnico. En La Romareda, sin Espiau, sancionado, y Sabit, lesionado, dirime un choque vital en su lucha por sobrevivir y es consciente de que si aguanta el arreón inicial de los zaragocistas puede sacar partido de la ansiedad y los nervios en un duelo que para el Zaragoza tiene sabor a final. 

Alineaciones probables

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Larra, Francés, Lluís López, Gabi Fuentes; Francho, Zapater, Mollejo, Puche; Giuliano Simeone e Iván Azón.

SD Ponferradina: Amir; Paris, Amo, Pascanu, Moi Delgado; Dani Ojeda, Diéguez, Nwakali, Agus Medina; Derik y Naranjo.

Árbitro: González Esteban (Comité Vasco).

Estadio: La Romareda.

Hora: 21.00. 

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