La opinión de Sergio Pérez

El factor Rossetto y el factor X del Real Zaragoza

En Ipurua, al Real Zaragoza le faltó pisar ese escalón superior. Tener un factor X que no mostró y sí enseñó el Eibar: sonar distinto, con esas otras notas que suenan de otra manera y seducen diferente. Se adentra el equipo ahora en una fase del calendario (Cartagena, Villarreal B y Amorebieta) que marcará su destino. Necesita mantener la notable solidez de La Romareda y dar ya un paso al frente fuera.

Julio Velázquez, en la banda de Ipurua en el partido contra el Eibar.

Julio Velázquez, en la banda de Ipurua en el partido contra el Eibar. / CARLOS GIL-ROIG

Sergio Pérez

Sergio Pérez

En casa, Julio Velázquez ha encontrado la manera. Los puntos sumados atestiguan esa realidad. Tres victorias (Leganés, Andorra y Sporting) y un empate (Levante) para hacer un balance notable: diez puntos de doce. En La Romareda, el Real Zaragoza está jugando con una energía, un deseo y una ambición importantes y, menos en el partido que precedió al parón por la Navidad, ha sabido sacar tajada a su rendimiento, exprimiendo sus méritos y obteniendo un jugo sabroso.

En esta etapa con Velázquez, el equipo se está sintiendo fuerte como local. Todo cambia cuando coge las maletas y emprende viaje a todo tipo de campos y frente a una variedad grande de rivales. Se siente débil y empequeñece. En seis jornadas todavía no ha ganado y su conquista de puntos se reduce drásticamente: 4 de 18, con cuatro empates y dos derrotas.

Ese balance no es casual sino producto del nivel de juego y de intensidad que muestra el equipo cuando actúa como visitante. Lejos de su hábitat, el Real Zaragoza juega más cohibido, desconfiado, con temores y propuestas mucho más conservadoras. A veces le sucede que como en la primera parte en Eibar, el rival le somete por el simple peso de la diferencia, algo natural. Pero ha habido varias jornadas en las que ha tirado a la basura casi todo el partido sin mostrar valentía y con un exceso de conformismo. Por ejemplo, en Alcorcón.

Estuvo irreconocible en Albacete en el debut de Velázquez, muy desordenado en la puesta en escena en Lezama frente al Amorebieta y superado por el Eldense. En el campo del Espanyol fue donde más atrevimiento exhibió tras la expulsión de Calero con 1-0 en contra. En Eibar, en un día en el que podía presentar candidatura a las más altas instancias, el equipo no fue capaz de dar ese paso al frente. Perdió el partido en una primera mitad en la que fue claramente superado. Mejoró en la segunda, pero fue insuficiente.

En Ipurua, al Real Zaragoza le faltó pisar ese escalón superior. Tener un factor X que no mostró y sí enseñó su contrincante: sonar distinto, con esas otras notas que retumban de otra manera y seducen diferente. Se adentra ahora el equipo en una fase del calendario de tres partidos que definirán su temporada: dos en casa (Cartagena y Amorebieta) y entre medias el Villarreal B fuera. El sexto puesto no queda lejos, pero para sumarse a esa pelea hará falta un esprint pronto, seguir tan sólido en casa como hasta ahora y crecer rápidamente como visitante. Si las negociaciones culminan en el anuncio oficial, ahora que todas las partes dan la operación por rematada, Velázquez tendrá un jugador más en el medio: el factor Rossetto.