Entrevista | Exentrenador del Real Zaragoza en las temporadas 11-12 y 12-13

Manolo Jiménez: "Me molesta mucho ser aún el último técnico del Zaragoza en Primera"

«Ese descenso se pudo evitar, pero nunca me habría creído que siguiera aún en Segunda», asegura el entrenador sevillano, que dirigió al Zaragoza en la 11-12 y 12-13 y que hasta hace dos meses ha sido asesor deportivo en el Cerro Porteño de Paraguay

«Si es con gente seria como la de ahora, estaría encantado de volver con un proyecto donde se vea claro el objetivo del ascenso», asevera, con el deseo de que llegue el retorno a Primera cuanto antes

Manolo Jimenez recoge un premio a mejor entrenador de la Superliga griega en su paso más reciente por el AEK.

Manolo Jimenez recoge un premio a mejor entrenador de la Superliga griega en su paso más reciente por el AEK. / SERVICIO ESPECIAL

Ha estado hasta finales de diciembre pasado en Paraguay, en el Cerro Porteño, pero no en el banquillo, sino de asesor. ¿Cómo llegó ese cambio?

Por las opciones que tenía y tras salir de Emiratos Árabes, donde hicimos una buena temporada en el Al-Wahda, pero acabé muy desgastado, de estar fuera también y me tomé unas vacaciones. A mediados del año pasado me llegó la posibilidad del Cerro Porteño, para asesorar a un club que quería potenciar la base, los entrenadores, y tener una mayor formación y amplitud de conocimientos. Tenía allí Brasil y Argentina cerca, era una forma también de controlar el fútbol sudamericano, la Libertadores y estoy muy contento de la experiencia. Yo he aportado mis ideas, pero he recibido mucho más, sobre todo con la ilusión de los chicos de allí, con el esfuerzo, mucho mayor por las condiciones en que viven. Es admirable y no es tan fácil como lo tienen ahora en Europa.

En todo caso, en Manolo Jiménez habita un ‘animal de banquillo’, ahí quiere volver, ¿no?

Sí, eso está claro. Acepté ir hasta final de temporada y el Clausura acabó en diciembre, me propusieron seguir y tuve la posibilidad de entrar a ese banquillo, pero yo no fui a eso, sino con la idea de hacer mi trabajo. Ahora, estoy viendo mucho fútbol, siempre que puedo en directo, manteniéndome en forma porque siempre me gusta interactuar con los jugadores, y preparándome para lo que pueda acontecer en el futuro, esperando volver pronto a un banquillo.

Tengo ya experiencia en Europa, en Asia y en Sudamérica, además de los equipos que he dirigido en España. Y me quedo con lo mucho que me dio el fútbol, también con las amistades y el cariño. No solo es el aprendizaje profesional, sino también y más importante si cabe lo que te aportan a nivel personal tantas experiencias, Ligas y países"

No ha tenido nunca miedo a coger la maleta, ha estado tres veces en el AEK de Atenas en Grecia, en Emiratos Árabes, dos (Al- Wahda), también en Catar (Al-Rayyan), en 2023 en Paraguay… Está claro que no le tiene miedo a lo que no conoce.

Es que me lo tomo como una manera de ampliar miras y bagaje. Tengo ya experiencia en Europa, en Asia y en Sudamérica, además de los equipos que he dirigido en España, el Sevilla, el Zaragoza y Las Palmas. Es verdad que en el Sevilla estuve casi de forma ininterrumpida, salvo un breve espacio en el Villarreal (segundo entrenado con Joaquín Caparrós), durante 32 años y me parecía que más allá de ese club no había nada, pero he podido apreciar y comprobar lo que se enriquece uno cuando cambia de ambiente. Y me quedo con lo mucho que me dio el fútbol, también con las amistades y el cariño que he tenido donde he ido. No solo es el aprendizaje profesional, sino también y más importante si cabe lo que te aportan a nivel personal tantas experiencias, Ligas y países.

Menciona el Zaragoza, se marcha en 2013, en junio, tras temporada y media y con el descenso consumado. Si entonces le dicen que casi 11 años después seguiría el club en Segunda…

No me lo habría creído, sin duda. Ese descenso se pudo haber evitado, fuimos culpables todos, especialmente los que ostentábamos cargos más importantes. Con la temporada que hicimos el primer año, aquella salvación tan bonita, estaba alucinado con el grupo que tenía, éramos una familia y algunas personas se encargaron de destruirla. Fui culpable de haber aceptado ciertas cosas…

"Acepté demasiadas cosas, porque aunque soy vehemente soy también una persona que acepta muchas veces por corazón lo que le dicen. Si hubiera dado un golpe en la mesa como en la primera temporada en Málaga..."

Por ejemplo…

Cuando acabó la primera vuelta estábamos más cerca de la zona europea que del descenso, tras ganar en San Mamés. Llegaron las lesiones de Obradovic, Javi Álamo y especialmente de Zuculini, que era casi el alma y el corazón de ese equipo, tres lesiones de rodilla de forma consecutiva que no se reemplazaron por jugadores de ese perfil sino que lo hicieron por otros que no aportaban o que no eran lo que necesitábamos, con futbolistas demasiado jóvenes, también había algún jugador que no ayudaba en el vestuario y generaba mal ambiente. Acepté demasiadas cosas, porque aunque soy vehemente soy también una persona que acepta muchas veces por corazón lo que le dicen. Si hubiera dado un golpe en la mesa como en la primera temporada en Málaga... (el "siento vergüenza") cierta persona que no quiero nombrar no habría hecho ciertas cosas. Nos hizo un daño terrible. Lo primero que no tenía que haber aceptado es trabajar sin un director deportivo (estuvo Antonio Prieto antes), pero lo hice convencido por el dueño, por las necesidades económicas del club. Ahí empezó a fallar todo, tener jugadores casi atados, convencidos de venir, trabajando mucho tanto Cuartero como yo, como Javi Fuego, Ignacio Camacho o Canella, pero al día siguiente, tal y como te levantabas de la cama, desaparecía esa opción y venía otro, eso rompió el vestuario. 

¿Qué enseñanza sacó?

Que no debía haber tragado con eso, debía haber hecho algo. Tenía que haber dado un golpe en la mesa y haberme ido y seguro que la gente habría reaccionado. Me equivoqué ahí, aunque con esa propiedad el Zaragoza estaba condenado a sufrir todos los años en Primera y, como pasó, a irse al pozo más pronto que tarde. 

El extécnico zaragocista, en un Paraguay-Venezuela en el estadio de Ciudad del Este junto a otros dos ejecutivos de Cerro Porteño.

El extécnico zaragocista, en un Paraguay-Venezuela en el estadio de Ciudad del Este junto a otros dos ejecutivos del Cerro Porteño. / SERVICIO ESPECIAL

El club, después de la salida de Agapito Iglesias en 2014 sí ha tenido un gobierno mucho más serio. Habrá sentido hasta cierta envidia por lo que le tocó vivir a usted…

Totalmente es así, claro que siento esa envidia por no haber podido trabajar en Zaragoza con personas serias en la propiedad de la entidad. Trabajé con muchas muy válidas en ese club y todo iba como una balsa de aceite, pero cuando aparecía esa otra persona, no sé qué interés había, pero parecía que el enemigo estaba en casa. Lo que hicimos el primer año (11-12), con una remontada que no ha habido nunca otra igual. Y sin ninguna ayuda externa, que no dude nadie de eso, sino que fue cosa de corazón, como yo les decía siempre a los jugadores, que hay que entrar corriendo al campo y regresar subiendo las escaleras a gatas. Y era así. El segundo año no tuvo nada que ver con eso, después de aquella victoria en Bilbao y de llegar al parón de Navidad en una buena posición. Si hubiera habido algo de seriedad creo que habríamos llegado a la Europa League, aunque no era fácil, claro, pero se hizo todo mal desde la parte del club y acabamos bajando. 

Es, hasta el momento, el último entrenador que ha dirigido al Zaragoza en la élite, que ha sido su lugar natural la mayor parte de la historia...

Y me molesta mucho ser el último entrenador del Zaragoza en Primera, no se merece la ciudad y la afición una cosa así, tantos años en Segunda, como tampoco se merecían todo lo que pasó para bajar esa temporada. Todos creíamos que íbamos a revertirlo, pero es que fue imposible por todo lo que había en el club y después de bajar ha pasado ya demasiado tiempo sin estar donde merece estar esa institución.

"Cuando suba me quitaré esa espina y será un alivio, pero más allá de lo personal el deseo es que regrese cuanto antes a Primera porque la ciudad, el club y la afición se lo merecen. Cuando veo al Zaragoza y esa Romareda es que se me ponen los vellos de punta"

El día que suba…

Pues me quitaré esa espina y será un alivio, pero más allá de lo personal el deseo es que regrese cuanto antes a Primera porque la ciudad, el club y la afición se lo merecen. Cuando veo al Zaragoza y esa Romareda es que se me ponen los vellos de punta. Mi hijo pequeño creció y echó a andar en Zaragoza, tengo muchos amigos de allí, cuando me encuentro con maños por ahí todavía noto ese cariño… Yo estoy en deuda con ese club y la mejor manera de saldarla es volverlo a ver en Primera. Me encantaría, cuando era futbolista siempre aprecié y admiré a ese equipo, porque era competitivo al máximo y de la Liga del Sevilla y, como aficionado ahora, con el cariño que le tengo, mi deseo es volver a verlo con los grandes.

¿Cómo se puede explicar haber estado tanto tiempo en Segunda, más allá de la dificultad de la categoría? ¿Qué cree que le ha fallado en este tiempo?

Solo puedo opinar desde fuera, porque no conozco a los responsables actuales, tampoco al cuerpo técnico, aunque sí sé que es una ciudad increíble para trabajar, la quinta de España, y para que tenga un equipo en lo más alto de la máxima categoría. Lo que sí que tengo claro es que es una cruz muy pesada la que ha tenido que levantar, pero ojalá lo acabe haciendo lo antes posible para que los aficionados, sobre todo los zaragocistas más mayores, puedan volver a ver a su equipo ahí. 

"El Zaragoza durante todo este tiempo se ha estado curando de las heridas que le dejó aquella nefasta gestión. Ha estado y está tapando muchos agujeros con seriedad y credibilidad y así no puede llegar a esos futbolistas top que marcan la diferencia en Segunda"

Habla de la situación económica en que se quedó el club tras la marcha de Agapito, claro está.

Es que el Zaragoza durante todo este tiempo se ha estado curando de las heridas que le dejó aquella nefasta gestión. Ha estado y está tapando muchos agujeros con seriedad y credibilidad, con la que merece ese club y así no puede llegar a esos futbolistas top que marcan la diferencia en Segunda. Eso es cuestión de tiempo y desgraciadamente son muchos los años que lleva en la categoría, sin tener esa fortuna para que se alineen todos los astros y llegue ese empujón para meterse en lo más alto y se dé ese ascenso.

¿Le gustaría volver al Real Zaragoza? En el Al Wahda o en el AEK ha repetido experiencias tras estar allí la primera vez…

Si es con gente seria como la que hay ahora y con un proyecto donde se vea claro que el objetivo es ascender a Primera yo estaría encantado, por supuesto, y lo daría todo por alcanzar esa meta. Ahora, el Zaragoza está en buenas manos en todas las facetas y áreas, están trabajando para eso y lo están intentando, así que solo queda apoyar a los que están, que trabajan con honestidad, algo que no se hizo años atrás al bajar.

Jiménez dirige un entrenamienbto en 2022 en el Al-Wahda de Emiratos Árabes.

Jiménez dirige un entrenamiento en 2022 en el Al-Wahda de Emiratos Árabes. / SERVICIO ESPECIAL

¿A Juan Carlos Cordero lo conoce? ¿Qué le parece su trabajo?

Lleva muchos años en el fútbol y tiene mucho bagaje, pero no lo conozco desde la cercanía para evaluar su trabajo en el Zaragoza, ya que no hemos coincidido nunca en ningún club. Yo he estado mucho tiempo fuera y la única vez que he dirigido en Segunda en España ha sido en Las Palmas. He visto mucho fútbol, pero lo hago cuando estoy en Sevilla a los campos más cercanos, Cádiz, Almería, Granada... aunque tengo pendiente una visita próxima a Zaragoza, pero la verdad es que sufro mucho viendo a tanta gente que ha visto el club en Primera y que ahora lleva tanto tiempo lejos de donde tiene que estar.

"Es una afición magnífica por su tamaño y es muy especial. Saben valorar a las personas que dan todo, en mi caso aunque fui el entrenador con el que se bajó, lo que yo percibo es que se quedan con lo que hicimos en la primera etapa"

El Zaragoza lleva 17 entrenadores en Segunda y usted fue el último en la élite, muchos de ellos vivieron primero el éxito y el apoyo de la afición y luego salieron por la puerta de atrás. ¿La afición de esta ciudad es muy exigente?

Es una afición magnífica por su tamaño y es muy especial. Saben valorar a las personas que dan todo, en mi caso aunque saben que fui el entrenador con el que se bajó, en lo que yo percibo es que se quedan con lo que hicimos en la primera etapa y me penaliza lo vivido en esa segunda vuelta final. Son conocedores de lo que había en el club, que se estaba rompiendo, como si hubiese interés en que pasase eso, en que nos fuéramos a Segunda y así se lo hice ver al presidente que había entonces (Agapito Iglesias) que decía que no deseaba ese descenso. 

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