La opinión de Sergio Pérez

Víctor Fernández, Mas, Cordero y el mensaje que necesita el Real Zaragoza

A lo largo de estos dos meses, Víctor Fernández ha ido esculpiendo su opinión sobre lo que le rodea, tallando su mensaje de manera progresiva. Hubo para Mas, para Cordero y para los futbolistas. Los recados ya están lanzados. Sin embargo, este domingo, ante el Ferrol, el equipo y el técnico tienen que ser certeros y lanzar el mensaje que más necesita el Real Zaragoza: ganar para escapar del riesgo real de descenso tras el triunfo del Amorebieta.

Víctor Fernández, en una rueda de prensa en la Ciudad Deportiva.

Víctor Fernández, en una rueda de prensa en la Ciudad Deportiva. / MIGUEL ÁNGEL GRACIA

Sergio Pérez

Sergio Pérez

Desde la ilusionante temporada 19-20, dinamitada por la pandemia en marzo cuando el equipo viajaba a una estupenda velocidad de vuelo y apuntillada después por errores propios en el regreso del fútbol sin público, el Real Zaragoza ha malvivido en Segunda y ha acumulado nuevos años de condena en esta interminable etapa fuera de la élite.

En la campaña posterior a todo aquello, la 20-21, terminó la Liga en el puesto decimoquinto a 17 puntos del sexto y sólo 4 por encima de la zona de descenso. En la 21-22, finalizó décimo, a 12 del playoff y 13 por encima del infierno. En la 22-23, la pasada, a 14 y 9 respectivamente. La campaña en curso ha dado continuidad a una tendencia claramente bajista y de resultados muy discretos en los últimos cuatro años, lejos siempre de los puestos de privilegio y, por lo tanto, de los objetivos iniciales de cada curso.

A falta de tres jornadas para que concluya otra temporada de este terrible ciclo, el equipo ha vuelto a quedar a años luz de sus metas originales y todavía no ha asegurado la permanencia de manera matemática. Hace meses que el ascenso directo y el playoff se convirtieron en un imposible. A este momento se ha llegado por una concatenación de causas diversas, decisiones erróneas, reacciones peores y con numerosos responsables.

No debería haber simplemente una figura sobre la que focalizar las culpas, aunque ya se sabe que el fútbol y sus intereses son muy dados a buscar chivos expiatorios y refugios exculpatorios. Lo justo, más bien, sería repartir las cargas, desde el presidente, Jorge Mas, hasta el primer ejecutivo de la SAD en la plaza, Raúl Sanllehí, pasando por el director deportivo, Juan Carlos Cordero, por todos y cada uno de los entrenadores que han dirigido el equipo este año, Fran Escribá, Julio Velázquez y Víctor Fernández, y evidentemente los futbolistas. De la quema en la que ha ardido gran parte de la plantilla habría muy pocos nombres que salvar.

Por ser quien más tarde se incorporó al proyecto, Fernández es el que menor responsabilidad debería tener. Cuando recogió el equipo ya no había más objetivo que la salvación. Sin embargo, lo está haciendo mal también, zarandeado por otro de los hándicaps de esta campaña, las lesiones, y porque sólo ha logrado aportar un efecto amortiguador de aquella caída en picado que describía el Zaragoza de Velázquez. Nada más: los 9 puntos de 27 reflejan una realidad inopinable.

Al lugar que le encumbró para siempre, Víctor Fernández regresó con una gran carga de emotividad, un discurso muy poderoso y directo al corazón del zaragocismo. Conforme fueron pasando las jornadas y las cosas no salían muy allá, el entrenador fue lanzando diferentes recados. Hubo para Mas, cuando desveló que ni siquiera le había llamado, para Cordero por la configuración de la estructura técnica de la plantilla y, tras algún partido, como el del Burgos, para los futbolistas por no salir al campo con la actitud y la predisposición adecuadas.

Con todo ello, Víctor ha ido esculpiendo su opinión sobre lo que le rodea, tallando su mensaje de manera progresiva. Así hemos llegado al encuentro frente al Racing de Ferrol, un partido frontera para el que la SAD y el propio entrenador han reclamado la máxima unión en torno a la causa. Sin duda, el zaragocismo volverá a responder de manera extraordinaria. Los mensajes ya son públicos. Este domingo es el día para lanzar el principal y el que más necesita el Real Zaragoza: ganar para no poner en riesgo la salvación tras el triunfo del Amorebieta.