Entrevista | Central del Real Zaragoza (2017-2020), ahora sin equipo tras acabar en el Laussane de la Superliga suiza

Simone Grippo: "Disfruté de cada minuto en el Zaragoza, me marcó muchísimo en lo personal y en lo futbolístico"

El central suizo ha acabado contrato en el Lausanne Sport de su país y a sus 35 años se resiste a abandonar el fútbol. Pasó tres temporadas en el Real Zaragoza y "en mi carrera me moví mucho por la pasión y el corazón, ir allí fue la mejor decisión"

"Víctor es una buena persona y siempre fue muy honesto conmigo. Es una referencia para el zaragocismo y él siempre vuelve en esa situación en la que el club le necesita. Ojalá que el club y él sigan juntos para hacer un proyecto de ascenso"

Simone Grippo posa para un entrevista en su etapa en el Zaragoza.

Simone Grippo posa para un entrevista en su etapa en el Zaragoza. / EL PERIÓDICO

Acaba contrato y no sigue en el Lausanne, en la Superliga de su país, tiene ya 35 años, ¿qué le depara el futuro a Simone Grippo?

Bueno, está por ver, creo que un añito o dos me quedan en el césped y luego quiero quedarme en este mundo, porque es mi pasión y toda mi vida ha girado en torno a este deporte y a mi familia. El puesto no lo sé aún, pero mi deseo es seguir ligado al fútbol.

No es tiempo aún de retirada pues…

En principio, no. Quiero hacer algo más, pero tiene que ser un proyecto interesante y que me motive, sobre todo en el aspecto deportivo. Aún tengo ganas de fútbol, me gusta y ya no es por dinero, ahora solo juego por la ilusión, por la pasión. A ver si se puede dar...

¿Qué recuerdos guarda de aquellos tres años, de 2017 a 2020, en el Zaragoza? Jugó bastantes partidos (57 oficiales), sobre todo en la primera y en la última temporada, aunque en esta solo estuvo la mitad.

Lo primero que me viene a la cabeza son los amigos que dejé allí, la gente con la que tengo contacto y que es lo que cuenta de verdad al final, las relaciones y las personas que conoces. También quedan las emociones en el recuerdo, ver La Romareda llena, los partidos que ganamos con la afición detrás, el del Real Madrid en Copa, que fue mi último allí y que perdimos, pero que estaba el estadio lleno. 

Llegó en el verano de 2017 y fue un cambio muy importante para usted, venir a España tras jugar en Suiza, Luxemburgo o Italia.

Fue un giro drástico en mi vida, porque tenía un crío recién nacido, me iba de mi país y cambiaba muchas cosas, pero encontré una ciudad maravillosa, lo mismo que después fue Oviedo. De hecho, por los cuatro años que pasamos en España nos costó mucho volver a nuestra casa en Suiza porque nos sentíamos como españoles. Y me marcó el fútbol de allí, me tuve que adaptar bien a él y fue un paso que logré dar.

Le trajo Lalo Arantegui, que era el director deportivo entonces.

Me convenció, sí. Me presentó el proyecto muy bien, el cómo quería que jugara y lo que esperaba de mí, también la forma de ser del club, la historia, todo fue un paquete global que me gustó y que era la mejor salida para mí sin duda. Tenía otras ofertas más importantes en el lado económico, pero yo siempre quise jugar en España y en mi carrera me moví mucho por la pasión y el corazón e ir a Zaragoza fue la mejor decisión.

"En el fútbol tener paciencia no es algo común y en mi primera temporada allí se tuvo, en la segunda vuelta todo encajó, con ese sistema, con el rombo, y creo que disfrutamos mucho todos. Estuvimos cerca, muy cerca, pero aquella eliminatoria ante el Numancia es uno de los días más amargos que he vivido, fue cruel"

Aquella temporada 17-18 se rozó el ascenso tras una gran segunda vuelta y esa promoción maldita ante el Numancia.

Fue muy importante la paciencia que tuvo el club, con un entrenador nuevo (Natxo González) y 17 o 18 jugadores que estábamos recién llegados. En el fútbol tener paciencia no es algo común y allí se tuvo, en la segunda vuelta todo encajó, con ese sistema, con el rombo, y creo que disfrutamos mucho todos, nosotros en el campo y la afición en la grada porque el equipo jugó muy bien. Estuvimos cerca, muy cerca, pero aquella eliminatoria ante el Numancia, buff... Para mí es uno de los días más amargos que he vivido, fue cruel, aún más recordando la ida, con el penalti tan claro a Papu, y con el gol de ellos en el último instante en La Romareda. 

En la segunda temporada se rompe la rodilla y el club le renueva un año más tras caer. Fue un gesto bonito.

Las lesiones siempre suponen un momento muy duro, yo venía de jugar el año anterior y en el principio de esa Liga. El gesto fue muy bonito, pero estaba ya a muy pocos partidos, a 5 o 6, de renovar automáticamente por encuentros, por lo que creo que me lo merecía.

En la 19-20 vuelve tras la lesión y coincide con Víctor Fernández, que había regresado con usted lesionado. ¿Qué recuerdos tiene de él?

Es una persona muy buena y siempre fue muy honesto conmigo. Empezó la temporada, yo volvía de la lesión y comencé jugando, luego me dejaba más veces fuera, pero siempre fue de cara, con la verdad, explicando el porqué. A nivel humano muy bien, porque cuando le pedí para salir al Oviedo en enero también lo entendió y fue honesto conmigo. Y como entrenador juntó siempre a jugadores con buen pie, intentando tener la posesión, sacar la pelota desde atrás, lo que a mí me encanta. Solo tengo buenos recuerdos de él, como entrenador, pero más si cabe a nivel humano.

 Ahora ha tenido que regresar otra vez con el equipo en apuros…

Es una referencia para el zaragocismo y él siempre vuelve en esa situación en la que el club le necesita para una ayuda importante, como era también en este caso. Ahora mi deseo es que logre esa salvación, a ver si puede ser ya en Santander y luego ojalá que el club y él sigan juntos la próxima temporada para hacer un proyecto de ascenso, porque todo el mundo sabe que tiene que estar el Zaragoza en Primera y ya en el último año que jugué yo allí estuvo cerca de lograrlo. Me marché en enero, pero pasó lo del covid, al parar la competición y después ya nada fue igual. 

De su época quedan Cristian, Guti o Nieto. ¿Mantiene contacto con alguno?

Mantengo relación con otra gente de Zaragoza, de fuera del fútbol, y he ido a visitarlos algunas veces en los últimos años, siempre en momentos que no había partidos, por lo que la siguiente vez tiene que ser para volver a La Romareda. Con los jugadores que coincidí a veces por redes sociales nos pasamos mensajes, con Cristian sobre todo, también con Guti. Con Borja Iglesias guardo buena relación, que ahora anda por Leverkusen, y con zapater, aunque con Zapa no puedes hablar por redes sociales, solo por teléfono y WhatsApp (sonríe). Es un muy buen tío.

Simone Grippo, en un partido de esta temporada en el Lausanne Sports.

Simone Grippo, en un partido de esta temporada en el Lausanne Sports. / SERVICIO ESPECIAL

Menudo año llevan los tres, Cristian, Guti, tras regresar en enero, y Nieto, con las lesiones.

El fútbol tiene esto y las lesiones hay que tomarlas como parte de él, ser resistente y tener esa fuerza mental para afrontarlas. Hay que saber convivir con ellas y sacar las conclusiones buenas de esos momentos más complicados, seguro que ellos lo han hecho.

"Cuando empezó esta temporada todo fue muy ilusionante, todos pensamos que era el año, que se daba todo, pero luego no se pudo mantener ese nivel. Lo más complicado del fútbol es lograr una consistencia y eso el Zaragoza no lo ha logrado"

¿Qué le ha parecido la temporada del Zaragoza? Un comienzo magnífico y una caída absoluta después, con tres entrenadores, y ahora aún con la amenaza del descenso.

Cuando empezó todo fue muy ilusionante, todos pensamos que era el año, que se daba todo, pero luego no se pudo mantener ese nivel. Lo más complicado del fútbol es lograr una consistencia y eso el Zaragoza no lo ha logrado. Ahora solo espero que se salven, acabar con los nervios de todos y planificar bien la temporada que viene, que tiene que ser ya el año.

¿La camiseta del Zaragoza en Segunda pesa más que otras por la presión de esa afición?

Yo diría que no, pero todo va conectado con el carácter de los jugadores, los años que estuve allí tuvimos siempre un grupo muy compacto, donde había muchos con fuerza y carácter, como Zapater, que estaba siempre delante del equipo, y con más gente que era buena y que asumía esta presión. La dinámica del grupo es básica para absorber eso y después ayudar a que todos la puedan llevar mejor. En el Oviedo también viví una situación similar, con un año complicado cuando llegué en febrero, con la fuerza del grupo que nos salvó y después en la temporada siguiente estuvimos mucho mejor.

¿Qué significa el Zaragoza en la carrera de Grippo?

Disfruté mucho de cada minuto que estuve en el Real Zaragoza y no me quedo ni con reproches ni con momentos malos, porque a veces el fútbol también tiene esa cara. Zaragoza me marcó muchísimo a nivel personal y familiar, por lo que viví allí, porque mi hijo creció en esa ciudad, y también en lo futbolístico. La Liga española es la mejor que hay y espero traer la mentalidad y la idea de ahí a Suiza cuando me retire.

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