La actualidad del Real Zaragoza

La pizarra de Natxo González. Llegada a la orilla

El Real Zaragoza logró una victoria de prestigio siendo más eficaz en El Sardinero, mostrando que fuera de casa compite mejor.  Nadando y nadando, con mucha fatiga, ha llegado a la orilla. Desde ella, podrá vivir una semana de tranquilidad y reflexión

Sergi Enrich, tras marcar el 0-2 que cerraba la victoria en Santander.

Sergi Enrich, tras marcar el 0-2 que cerraba la victoria en Santander. / CARLOS GIL-ROIG

Natxo González

Ante un rival en racha el Real Zaragoza consiguió una victoria de prestigio que le permite certificar la permanencia de forma matemática. Tres puntos nuevamente fuera de casa. Es extraño por lo que supone jugar en La Romareda (con una afición espectacular), pero tengo la sensación de que en este último tramo como visitante, el equipo ha competido mejor, con las ideas más claras. Quizás por su modelo…

Víctor Fernández inició con Edgar Badía en la portería, línea de cuatro con Mouriño (lateral derecho)-Francés-Jair-Lecoeuche, línea de cuatro en medio campo con Mollejo-Liso en bandas y Moya-Grau doble pivote, con Mesa acompañando a Azón en el ataque.  El partido, al igual que la semana anterior, comenzó de la mejor manera poniéndose por delante en el marcador (3´) tras una gran asistencia de Moya sobre Azón. A partir de ese momento estaba por ver cómo gestionaba cada equipo este resultado. El Real Zaragoza con una estructura defensiva 1-4-4-2, buscaba presionar en el reinicio rival para incomodar su salida. Cuando tuvo que actuar con un bloque más bajo padeció en muchos momentos con el juego interior rival.

Ajustar mejor los espacios

El Racing de Santander con cuatro jugadores interiores y con esa sociedad Peque-Vicente conseguía conectar dentro y progresar, a costados o espaldas de Moya-Grau. Estas conexiones provocaban peligro por dentro o aperturas hacia fuera culminadas con centros. Durante el primer tiempo la gran actuación de Edgar fue la que provocó irse a vestuarios con la portería a cero. El segundo tiempo el Real Zaragoza consiguió contrarrestar esos problemas de la siguiente manera: ajustó mejor esos espacios (equipo más junto), favoreció la lesión de Vicente (gran futbolista) y la aportación de los cambios (Gamez, Enrich y Valera). Excepto en un par de acciones bien solucionadas por Edgar, el equipo no sufrió. 

En el aspecto ofensivo, el Real Zaragoza fue más eficaz. Tuvo poca posesión (29%) pero las estadísticas estuvieron muy igualadas en cuanto a finalizaciones. Fueron determinantes los cambios a partir del minuto 60, cuando el equipo comenzaba a dar síntomas de flaqueza.  El Real Zaragoza nadando y nadando, eso sí, con mucha fatiga, ha llegado a la orilla. Desde ella, podrá vivir una semana de tranquilidad y reflexión.