Son aguas procedentes de acuíferos (formaciones de rocas, arenas y gravas que contienen cantidades importantes de agua) que suelen desembocar en manantiales, ríos, lagos y que finalmente se filtran a los océanos. Tienen su origen en la lluvia y la nieve que se filtra en el suelo y la humanidad consume este recurso por medio de bombas y pozos desde tiempo inmemorial.

Las aguas subterráneas desempeñan una función vital en los sistemas hídricos y de saneamiento, la agricultura, la industria, los ecosistemas y las estrategias de adaptación al cambio climático, y ello debe quedar patente en la formulación de políticas de desarrollo sostenible. De acuerdo con el Marco Mundial para Acelerar el Logro del Objetivo de Desarrollo Sostenible 6, y en particular en las esferas de innovación, gobernanza, datos e información, deben adoptarse medidas urgentes en relación con las aguas subterráneas. Las aguas subterráneas son decisivas para el buen funcionamiento de los ecosistemas, como los humedales y los ríos; y las zonas más secas del planeta dependen de ellas sobre todo para el consumo particular.

La UNESCO asegura que los acuíferos proporcionan más del 70% del agua utilizada en la Unión Europea y con frecuencia son la "única fuente de abastecimiento de agua" en muchas regiones áridas o semiáridas del planeta (100% en Arabia Saudita y Malta, 95% en Túnez y 75% en Marruecos). En concreto, un 65% de los recursos hídricos de los acuíferos se destinan para el regadío, un 25% a la alimentación humana en agua potable y un 10% a la industria.

 Hoy es el día para reivindicar el estudio, la protección y la utilización de las aguas subterráneas de forma sostenible para sobrevivir al cambio climático y satisfacer las necesidades de una población en constante crecimiento.

El cuidado

La sobreexplotación de los acuíferos es un problema que implica el agotamiento del recurso. Las aguas subterráneas procuran humedad a la superficie que, a su vez, hace posible que crezca la vegetación. Si los recursos subterráneos se acaban, la tierra se convierte en yerma. Además, las aguas subterráneas están contaminadas en muchos lugares y su regeneración puede conllevar procesos largos. Es por eso que el cuidado de este recurso tan vital es una prioridad en este 2022. Debemos proteger las aguas subterráneas de la contaminación y utilizarlas de forma sostenible, tratando de lograr un equilibrio entre las necesidades de las personas y las del planeta.

Sin fronteras

La mayoría de los grandes acuíferos del planeta son internacionales y transcontinentales. Se han localizado 468 acuíferos transfronterizos en todo el mundo, por lo que la gran mayoría de los países comparten recursos de agua subterránea. A nivel mundial, de los ocho mayores acuíferos sometidos a condiciones de estrés, seis son transfronterizos. Algunos de ellos no son renovables, como los sistemas acuíferos de Nubia y del noroeste del Sáhara. En los últimos 20 años, se ha avanzado considerablemente en la evaluación de referencia de los acuíferos transfronterizos. Sin embargo, son escasos los ejemplos en los que se ha oficializado una cooperación estructural entre países que comparten este tipo de fuentes de agua. Se han analizado más de 200 acuerdos relativos a ríos y lagos transfronterizos5, y en solo unos pocos de ellos se han observado disposiciones

El problema de la invisibilidad según la ONU

Las aguas subterráneas son invisibles, pero sus efectos se aprecian en todas partes.

  • Casi la totalidad del agua dulce en forma líquida del mundo es agua subterránea, y representa la base del suministro de agua potable, los sistemas de saneamiento, la agricultura, la industria y los ecosistemas.
  • Lo que hacemos en la superficie repercute bajo tierra. Los únicos productos con los que debemos tratar los suelos deben ser inocuos y biodegradables, y debemos utilizar el agua con la mayor eficiencia posible.
  • Las aguas subterráneas atraviesan fronteras. Debemos trabajar juntos para gestionar las aguas subterráneas transfronterizas.
  • No podemos gestionar lo que no medimos. De ahí la necesidad de estudiar, analizar y monitorear exhaustivamente las aguas subterráneas.
  • Las aguas subterráneas desempeñarán un papel fundamental en la adaptación al cambio climático. Debemos estudiarlas y protegerlas, tratando de encontrar un equilibrio entre las necesidades de las personas y las del planeta.

¿Sabías que...?

El agua subterránea representa unas veinte veces más que el total de las aguas superficiales de la tierra.

El 40% del agua de riego proviene de acuíferos.

El continente asiático y la costa del Pacífico tienen la menor disponibilidad de agua per cápita del mundo, y se prevé que el uso de las aguas subterráneas en la región aumente un 30 % de aquí a 2050.

En América del Norte y Europa, los nitratos y pesticidas son una amenaza para la calidad de las aguas subterráneas: el 20 % de las masas de agua subterránea de la UE incumple la legislación comunitaria en materia de calidad del agua a raíz de la contaminación agrícola.

Los 273 acuíferos subterráneos localizados hasta el momento en el mundo albergan casi un 96% de agua dulce del planeta y contienen un volumen de agua cien veces mayor al de la superficie terrestre, por lo que cubren "gran parte de la demanda mundial de agua dulce", según la UNESCO.

Mapa acuíferos

Según se puede observar en el mapa existen acuíferos en todos los continentes (68 en América, 38 en África, 65 en Europa Oriental, 90 en Europa Occidental y 12 en Asia), pero en algunas partes del mundo sus aguas no son renovables.

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