Ya estamos en pleno otoño, una estación muy especial y la favorita de muchas personas, especialmente para todos los amantes de los paisajes marrones y de la naturaleza en su estado puro. Son unos meses en los que el frío está relevando al calor, con temperaturas tan pronto medias como bajas y en los que las lluvias cogen protagonismo antes de que el invierno se nos eche encima.

Ese clima tan peculiar es el ideal para algunos alimentos que te traemos en este artículo y que debes aprovechar. Por supuesto, con los avances que hay hoy en día es fácil encontrarlos durante todo el año, pero esta es su mejor época, es cuando más variedad y calidad hay y también cuando están en su punto justo de precio y no encarecidos. Al lío:

Castañas

Castañas.

Había que empezar sí o sí quizá por el clásico de los clásicos del otoño. Quién no se ha acercado en un día de frío a un puesto de castañas o en su casa las ha comido. El otoño y las castañas van inseparablemente de la mano.

Su gran ventaja es que, con respecto a otros frutos, su grado de calorías es menor, unas 150-170 kcal por cada 100 gramos por su menor contenido en grasa y su mayor en agua. Tiene una alta cantidad de fibra, son saciantes, favorecen la digestión, no tienen gluten y se pueden consumir tanto asadas, como complemento de una salsa, para decorar platos, para dar un toque crujiente a un puré... Será por opciones.

Setas

Setas.

Segundo clásico. Hay miles de amantes de las setas que van a buscar estos hongos por los bosques. Ya sabes, ten cuidado y no las recojas ni las toques si no estás completamente seguro de que no van a ser venenosas o perjudiciales para tu salud, pero las que son comestibles son una maravilla de nuestra gastronomía.

Como en el caso de las castañas su índice calórico es bajo (no llegan ni a 40 kcal por cada 100 gramos), son ricas en fibra no soluble y son muy saciantes. También poseen proteínas, son ricas en numerosos minerales como hierro, zinc, fósforo, potasio, magnesio o calcio y también en vitaminas.

En salsas, acompañando carnes o pescados al horno, dentro de croquetas bien troceadas, salteadas con un poco de ajo, cebolla y verduras que te gusten... Muchas posibilidades para disfrutarlas.

Boniato

Boniato y batata.

Un superalimento en toda regla del que ya te hemos hablado. Es parecido a la patata pero con un sabor más dulce, ayuda a depurar el hígado, cuida la piel y la salud cardiovascular gracias a los betacarotenos, mejora el sistema inmunitario, tiene hidratos de carbono y es muy digestivo y saciante. Vamos, una maravilla.

Al ser parecido a la patata el modo de preparación es similar. Recomendamos usar una freidora de aire o el horno para que no coja la grasa del aceite, pero también pega en un puré, en un pastel, relleno como una berenjena con verduras o en tortilla.

Aguacate

Aguacate.

Muchos lo llaman el oro verde y con razón. Su sabor es tan peculiar y es tan sano que es uno de esos alimentos de moda. Y ahora llega la mejor época para comer aguacates. Cuidan la salud cardiovascular, la vista, regulan el azúcar en sangre, ayuda a la absorción de los nutrientes de los alimentos, es rico en fibra...

También tiene grasas monoinsaturadas, que son las más sanas y las mismas que posee el aceite de oliva, es fuente de vitaminas y minerales y hasta tiene propiedades relajantes.

Es ideal como acompañamiento, se puede consumir untado en una tostada a la hora de desayunar como sustituto de la mantequilla, es un clásico para el guacamole mexicano y existen un montón de salsas que se pueden hacer con el aguacate y que conseguirán estar muy cremosas.

Manzana

Manzana.

Poco que decir. Uno de los alimentos más sanos de la gastronomía tiene su punto óptimo en el otoño y hay que aprovecharlo. Es muy rica en fibra, lo cual es ideal para la salud intestinal, protege el corazón, es muy saciante también, regula el azúcar y tiene un contenido muy bajo en calorías por su 80% de agua. Por eso es ideal para una merienda ligera o como postre.

Eso por no hablar de todas las variedades que hay, su intenso y dulce sabor, su textura única y todas las maneras que hay para comerla. Aunque no para todos los días ni mucho menos, pero incluida en postres dulces es espectacular. Mismamente, prueba a preparar una tarta de manzana. Pero para el día a día, en su forma más tradicional, es exquisita.

Naranjas y mandarinas

Naranjas.

En zumo, abiertas en gajos, en salsas bajas en grasas... Las naranjas y las mandarinas también permiten mucha versatilidad en la cocina y son muy sanas. Destacan sobre todo por su contenido en vitamina C, pero también poseen ácido fólico, antioxidantes y potasio que ayudan a la buena salud del cerebro. También cuidan el sistema inmunológico, así que no tienes excusa.

Higos

Higos.

Otra fruta. Su pulpa carnosa e intenso sabor le hacen imprescindible en otoño. Es fuente de calcio, fibra y potasio, por lo que cuida la salud del intestino, pero también a controlar el colesterol malo en nuestra sangre. Aparte solo tienen 75 kcal por cada 100 gramos.

Acelgas y espinacas

Espinacas.

Gracias a los avances se pueden encontrar durante todo el año, pero su calidad ahora mismo es superior. Combaten la anemia por su contenido en hierro (especialmente las espinacas), también tienen un alto contenido en fibra y están especialmente indicadas para la pérdida de peso por su bajo índice calórico.

Otros alimentos

Hay muchos y os hemos puesto solo algunos de los más típicos, pero hay otros que son de otoño. Son por ejemplo la berenjena (antes de las primeras heladas), brócoli, coles de Bruselas, calabaza o uvas. Tampoco les pierdas la vista porque son alimentos que ahora tienen calidad superior al ser de temporada.