Las quemaduras son muy frecuentes, sobre todo en el hogar y más en concreto mientras se cocina. Hay alimentos que contienen agua y bastante grasa, como por ejemplo el bacon o las salchichas, que suelen hacer que salte mucho el aceite y que nos caiga en la piel, lo cual automáticamente genera una sensación de quemazón, piel irritada, escozor y dolor.

De todos modos, hay muchas otras maneras de que esto ocurra, como por ejemplo al caerse algo de comida recién preparada o demasiado calentada al fuego o en el microondas. También, aunque no es en el hogar, cuando los adolescentes empiezan a trastear con los mecheros o con las motos (los tubos de escape queman una barbaridad) puede suceder también.

Como en el caso de los esguinces, las quemaduras van por grados. Las de primero son las más leves, que son, por ejemplo, las causadas por el sol. Son superficiales y fáciles de curar. Las de segundo afectan a parte de la dermis también y ya suelen propiciar la generación de ampollas y son más dolorosas.

Por último se encuentran las quemaduras de tercer grado. Son las más graves y en las cuales están todas las capas de la piel afectadas, como la grasa o las fascias, en este caso, la piel se presenta inelástica, blanca u oscura y no suelen doler. Se producen por productos químicos, líquidos muy calientes, electricidad o llamas.

Agua y vale

Generalmente siempre se ha dicho que hay que aplicar pasta de dientes o aloe vera en la quemadura como parte de una lista de remedios caseros que se suelen usar en estos casos. Sin embargo, esto no es del todo adecuado.

Si se produce una quemadura en casa, las más típicas y que son principalmente superficiales, lo primero que hay que hacer es poner la zona afectada bajo el grifo con agua fría todo el tiempo que sea necesario hasta que el dolor se haya aliviado. Un error muy importante es aplicar hielo, porque puede quemar.

La pasta de dientes, clara de huevo, lejía o aloe vera no se deben utilizar. De hecho, la lejía incluso es contraproducente y solo va a hacer que agravar el problema ya que profundiza todavía más la herida y, en este caso, será peor el remedio que la enfermedad.

Es decir, lo primero de todo hay que echar agua y después aplicar una crema especial para quemaduras (que se puede comprar en farmacias) o buscar ayuda médica si se tiene la sospecha de que el problema es realmente importante. Hay que evaluar la quemadura, ver el grado que tiene y, dependiendo incluso de la localización, si está en zonas delicadas como cara, cuello o pies, podría tener que ser derivado a una unidad de quemados con personal específico para el tratamiento.