La Navidad es época de turrones, polvorones, comidas copiosas y cenas de gala con la familia. La venta de mariscos en estas fechas tan señaladas sube, lo mismo que su precio, ya que son más caros cuanto más cerca se está de esos días.

Por eso muchísimas personas optan por comprar el marisco congelado o hacerlo ya y congelarlo hasta el momento de servir, algo que es muy importante hacerlo bien, como ya te contamos en otro artículo, para que no se pierda nada de sabor. Y lo mismo pasa con los tiempos y las técnicas de cocción, que son vitales para un resultado de diez.

En las mesas navideñas no pueden faltar los langostinos, gambas, gambones, cigalas, navajas, almejas, mejillones, chirlas, bueyes de mar, centollos o nécoras. Son de los más clásicos y, aunque no se suelen comprar todos, sí que son los más elegidos. Pero hay otro que, aunque de forma general no es tan vendido, cuando llega la Navidad vuelve a coger mucha fuerza y Mercadona, como no podía ser de otro modo, lo tiene en sus supermercados.

Una estrella navideña

Las colas de langosta, aparte de estar buenísimas y de tener un sabor intenso y una textura única es una de esas maneras de sorprender a los comensales y dejarles con la boca abierta y salivando.

Y Mercadona tiene el producto ya congelado y listo para preparar cuando se quiera y por un precio más que razonable, todo ello contando que las colas de langosta son gourmet y que precisamente baratas no son. Aun así, la cadena de supermercados de Juan Roig la vende por 21,95 euros cada unidad, que es de 185 gramos.

La cola de langosta de Mercadona.

La cola de langosta de Mercadona.

Las colas de langosta son del Caribe y se venden al natural, no tienen nada más que un conservante y dos estabilizantes. Y aparte, aunque no es lo principal en una cena o comida navideñas, que son muy copiosas y generalmente poco sanas, tienen 0 gramos de grasa y pocas calorías, así que es ideal para comer sin remordimientos.

Y en cuanto a las preparaciones son muchísimas. Hay quien lo prepara a la gallega, como si fuera pulpo, en ensaladas templadas, en brochetas con verduras u otros mariscos, en arroces caldosos o risottos o simplemente a la plancha con ajillo.

Para descongelarlas lo ideal es dejarlas en el frigorífico un día antes de la fecha de consumo y dejarlas que poco a poco vayan cogiendo temperatura, porque no les viene nada bien para el sabor los cambios bruscos de temperatura. Y echar a perder un producto así no es agradable.