A la hora de comer hay varios aspectos que nos pueden afectar. Hay alimentos que son más propensos a producir gases, otros que favorecen la aparición de la molesta acidez, otros que en cambio tienen propiedades depurativas o antioxidantes... Y hay otro grupo importante que provoca hinchazón de la tripa, que es uno de los problemas digestivos más comunes.

El vientre se inflama y, aunque lo más común es ponerle remedio una vez se ha producido esa hinchazón, lo mejor sería directamente prevenir y evitar los alimentos y bebidas que más provocan este problema.

Sentir la tripa hinchada tiene dos lecturas. La primera es que es un mecanismo de defensa de nuestro cuerpo para evitar problemas afecciones. Pero también tiene su parte mala y es que si ocurre de manera crónica se asocia (sobre todo por los alimentos de la lista) a enfermedades como diabetes, obesidad o cardiovasculares.

Carne procesada

Es de esos alimentos que solo hay que consumirlos de forma moderada y ocasional ya que hacerlo de forma excesiva favorece la obesidad, la diabetes e incluso la aparición de ciertos tipos de cáncer. Hay opciones mucho más saludables para comer carne que la procesada.

Alcohol

En este tipo de listas es un clásico. Es perjudicial, sobre todo si se toma en cantidades muy elevadas, y si de por sí estas bebidas no están gasificadas se suelen combinar con bebidas azucaradas. Vaya, que un cóctel fatal. Tomar demasiado alcohol provoca que se puedan desarrollar toxinas bacterianas que acaban en el organismo, dando lugar a la hinchazón y que puede incluso desembocar en daños a órganos vitales.

Azúcares añadidos

Te hemos introducido unas líneas más arriba el problema de las bebidas azucaradas. La fructosa, si está presente en la fruta y en cantidades moderadas, es beneficiosa, pero cuando ya entra el azúcar añadido y refinado la película cambia y mucho. Aparte de la hinchazón también puede ocasionar diabetes, resistencia a la insulina y obesidad.

Grasas trans

Son las artificiales y no aportan nada bueno al organismo porque no son complejas, como sí sucede con el aceite de oliva, por ejemplo. Están presentes en la margarina, comida rápida, patatas fritas o bollería.