Es cierto que los refrescos zero y sin azúcar están muy de moda y tienen un sabor muy parecido a los originales. Incluso, a veces, cuesta hasta reconocer el real y el que no lleva nada de azúcar. Eso sí, este tipo de productos tienen otros edulcorantes, elementos como conservantes y, aunque no tienen calorías y ayudan a bajar de peso, no están tampoco demasiado recomendados.

Pero tu te puedes hacer tu propio refresco en casa de una manera muy sencilla, muy fácil y con un gran sabor. Aparte de todo eso, te permite jugar con los ingredientes y, sobre todo, introducir superalimentos en él. Lo cual es una de las mayores ventajas. Es decir, cero calorías, sabor especial y a tu gusto y, de paso, con grandes propiedades sin rastro alguno del azúcar.

Para ello solo necesitarás tres ingredientes. El primero, como puedes intuir, es el principal y clásico para hacer un refresco y es el agua. El segundo es otro típico de los sabores de los refrescos y que tiene un montón de propiedades ventajosas para el organismo y es el limón. Y el tercero, el jengibre, un superalimento en toda regla.

Antioxidante y refrescante

El limón, debido a su sabor y a su aporte de vitamina C, es uno de los grandes ases de la pérdida de peso ya que tiene propiedades termogénicas. Es decir, quemagrasas. Además es un gran antioxidante, combate la retención de líquidos y reduce la hinchazón de la tripa.

Y el jengibre mejora las funciones digestivas, al tiempo que tiene un efecto termogénico que ayuda a activar el metabolismo y contribuye al control del azúcar en sangre. Esto lo convierte en un potente quemagrasas. Y lo mejor de todo es que este superalimento que reduce el azúcar en sangre es muy barato y lo puedes encontrar tanto en su forma natural (una raíz que se pela con una cuchara) o en polvo, que es como mejor lo incorporarás.

¿Cómo se prepara?

No es nada complicado. Solo hay que mezclar los ingredientes en frío o a temperatura ambiente y dejar infusionar. No es necesario calentar. Se pueden preparar varios litros de una vez o trabajar con pequeñas cantidades, incluso unidades, así no tendrás que estar preparándolo cada poco tiempo. Para hacer un vaso por persona, lo recomendable es añadir por cada vaso de agua, el jugo de medio limón y dos centímetros de raíz de jengibre en la base del vaso. Este ingrediente se añade rallado. Y si es en polvo, el equivalente. A la hora de tomarlo se pueden eliminar los trozos de jengibre o dejarlos, al gusto.