A veces un mito se extiende tanto entre la población que luego cuesta un mundo eliminarlo del imaginario colectivo y en otras ocasiones eso que al principio podía ser precisamente un mito acaba convirtiéndose en realidad. Ese podría ser el caso del ejercicio en ayunas. ¿Es realmente beneficioso? ¿Es verdad que se quema más grasa o solo es pura ficción?

Muchas personas tienen como rutina habitual levantarse y hacer deporte antes de ingerir cualquier alimento ya que de este modo se supone que se activa la quema de grasas ya que mientras dormimos las reservas de glucógeno disminuyen y, por tanto, ante el esfuerzo el cuerpo echa mano de las grasas.

Hay muchos estudios y opiniones de expertos sobre esta materia pero, en definitiva, hay mucha disparidad de opiniones sobre si realmente eleva el nivel de consumo de grasas o si es bueno para la salud. Hay puntos a favor y en contra que te vamos a desgranar.

Clave el tipo de entrenamiento

Está demostrado que sí, que es verdad que ayuda a la quema de grasas tanto durante el entrenamiento como después del mismo. Por ejemplo, hay estudios sobre personas que ayunaron durante el Ramadán e hicieron ejercicio y redujeron sus porcentajes de grasa con respecto a otras que sí que comieron.

Pero lo que sí que es absolutamente determinante es que depende del tipo de entrenamiento y su intensidad, que realmente es que lo va a conseguir marcar la diferencia. Lo ideal es realidad ejercicio de forma moderada durante un periodo de tiempo prolongado, porque los hidratos de carbono se utilizan durante los primeros 30 minutos y después ya entran en acción las grasas.

Entrenar en ayunas moviliza las grasas, pero lo que de verdad va a marcar la diferencia es la oxidación de las grasas y ahí lo que tiene que ver es el entrenamiento. Es decir, realmente no es clave hacer ejercicio antes de comer o beber nada, pero sí que ayuda a movilizar aquellas grasas más localizadas y que son más complicadas de eliminar. Es decir, sí que tiene efectos positivos porque poner a disposición los mecanismos para que se queme la grasa, pero no lo quema por sí sola.

No es oro todo lo que reluce

Pero hacer deporte en ayunas también tiene sus desventajas y riesgos que debes conocer. El primero de ellos es que si tienes problemas renales o por ejemplo eres diabético olvida esta idea y cuida tu salud con asesoramiento profesional.

Otro de los cuidados que hay que tener es que no se puede pasar de cero a cien en nada. Es decir, no pases de no hacer ejercicio o de hacerlo siempre con algo en el estómago a de repente hacer deporte en ayunas porque te puedes sentir mal y notar que tu cuerpo responde mal, con más fatiga de la habitual.

Por eso hazlo poco a poco, tanto elevando la intensidad y duración de forma paulatina como empezar a entrenar desayunando poco y cada vez menos hasta no hacerlo para que el organismo se vaya acostumbrando.