No siempre son necesarios ambientadores para darle un suave aroma a nuestra casa. También podemos hacer uso de un alimento tan común y fácil de conseguir como el limón. De hecho, no tendremos que usarlo únicamente para ello, sino que podremos utilizarlo para cocinar y posteriormente hacer uso de su cáscara para conseguir un olor agradable.

Cuando llega la temporada de frío es normal que encendamos la calefacción, las estufas o los radiadores. Esto puede provocar que, en casas pequeñas y donde viven varias personas, se genere un ambiente muy cargado. La falta de ventilación por el frío que entra tampoco ayuda.

Por este motivo, siempre es aconsejable recurrir a algunos trucos caseros que permiten que tu hogar también sea acogedor en otoño y en invierno. En este caso, el remedio consiste en poner limones o partes del limón en los radiadores.

El truco del limón sobre los radiadores

Para solucionar el olor a rancio solamente necesitas un limón. Es posible que hayas cocinado algo que haya dejado un olor muy fuerte en el ambiente. Abrir la ventana no siempre es la solución, y menos con la llegada del frío. Por ello, el truco del limón puede ayudarte.

En el pasado, para perfumar ambientes, se usaba la esencia de los cítricos. Hoy en día, existen muchos perfumistas artificiales en el mercado que sirven como sustitutivos. Sin embargo, los precios de los mismos y las recargas aumentan cada vez más.

En este caso, el "remedio de la abuela" es más que útil. Cuando sobraban limones o naranjas antiguamente se acostumbraba a quitarles la cáscara para tirarlos a las cenizas de la estufa o chimenea. De esta forma se eliminaba cualquier tipo de hedor. Adaptado a nuestros tiempos, lo que podemos hacer es poner la piel de naranjas o limones sobre el radiador para que la esencia cítrica se extienda por las distintas estancias de la casa.

Otra alternativa

Existen otras opciones si no tienes radiadores en casa. Otra opción es poner a hervir las pieles de naranja y limón en un cazo con medio litro de agua. El cazo debe hervir durante al menos diez minutos para que las propiedades cítricas se extiendan por toda la casa. También se pueden usar unas ramas pequeñas de canela y laurel.

El agua perfumada se puede guardar en un recipiente de cerámica para conservar el olor a limpio durante unos cuantos días.