Un nutricionista estalla contra la pechuga de pavo: "¡Que no te engañen!"

Desde hace años en los supermercados hay productos cárnicos cada vez más sofisticados y elaborados. Es decir, que si quieres consumir carne hay muchísimas opciones.

Antes en el supermercado no encontrabas burritos rellenos de pechuga de pollo con queso, por ejemplo. Como tampoco solomillos aderezados e incluso hasta los San Jacobos o alternativas similares.

Uno de esos productos que además cada vez se han popularizado más por su bajísimo nivel de calorías, de grasas y de aportación es la pechuga de pavo.

Este animal tiene una carne muy, muy magra. No cuenta con apenas grasa y se elaboran en filetes de fiambre, que son muy sanos (en principio) e ideales para la plancha. Y además, cuentan con un aporte muy notable de proteínas de origen animal.

¿Pero son tan buenas como pensamos? La respuesta es que no. O más bien, no todas. Un experto en nutrición y fitness conocido en Instagram como 'coachfrutos' ha explicado por qué.

Los puntos en contra

Lo primero que destaca, cogiendo un envase del supermercado, es que sólo tiene un 60% de carne. Y también explica que tiene almidones, azúcar, carragenanos y azúcar. Además, un porcentaje considerable de sal y, aunque se vende en paquetes de 200 gramos, el kilo sale a 13,45 euros, es decir, a precio de ternera.

En definitiva, lo que defiende este experto es que "no compres fiambre, compra carne". Lo ideal sería comprar pechugas de pavo naturales, pero si por cambiar o por comodidad prefieres este tipo de producto lo mejor es mirar la lista de ingredientes para reducir esa lista lo máximo posible y, sobre todo, que tenga mayor porcentaje de carne, como mínimo un 90%.

Otra de las guerras que tienen muchos nutricionistas es la de los jamones cocidos, ya que muchos tienen el mismo problema, que tienen demasiados aditivos y agua y no está ni cerca de tener un 100% de carne.