Actriz de la serie ‘El secreto de Puente Viejo’ (Antena 3) desde diciembre del año pasado, Rebeca Sala anoche estuvo en Huesca como protagonista de la obra de teatro ‘Orlando’, una adaptación libre de la obra de Virginia Woolf.

—Desde que entró a ‘El secreto de Puente Viejo’, no para de trabajar...

—A los actores nos pasa esto, que tenemos épocas de no trabajo y épocas en la que se nos juntan todos los proyectos y, claro, no puedes decir que no porque sabes que no es una cosa continua. Cuando te viene así, y son interesantes, lo tienes que compaginar como sea, tomarás menos cervezas y viajarás menos pero es lo que toca.

—¿Y cómo lo lleva físicamente? Porque el de actriz es un trabajo muy exigente.

—Se requiere mucha constancia y fuerza mental. Es algo muy importante cómo estás tú porque trabajar con tu propio cuerpo, tu propio ser, con exponerte, la imagen, la parte de márketing que tienes que hacer, tienes que abarcar muchos aspectos y no siempre es fácil. En realidad, porque también muchas veces te dicen que no, es más importante estar fuerte a nivel psicológico que el trabajo en sí.

—Está en Huesca por su papel en ‘Orlando’, ¿qué puede contar?

—Es una función maravillosa, es una adaptación de la obra de Virginia Woolf. Hago un personaje inverosímil porque vive a lo largo de cuatro siglos, pasa de ser hombre a mujer… Hay un texto muy profundo en relación a todo el asunto del machismo de la época y de lo que suponía ser hombre o mujer.

—El machismo que sigue vigente...

—Sí, aunque creo que está vigente porque estamos queriendo hacer algo. No está todo resuelto pero en comparación con siglos anteriores, estamos mucho mejor. Y en esta obra se pone en relevancia que las cosas que ahora están asumidas, en aquel momento no eran normales. Cuando el personaje pasa de hombre a mujer dice ‘¿ahora no puedo hacer estas cosas? ¿Pero esto que es?’. El hecho de que una misma persona sea hombre y mujer hace que el conflicto sea aún mayor. Es una contradicción muy grande que se expresa en la obra, el ser mujer y no poder acceder a las cosas.

—¿Ha sufrido en su profesión algún caso de machismo?

—En mi caso particular yo no he sido consciente todavía, sé que pasa… Bueno, en una ocasión, yo estuve dos meses preseleccionada en la Compañía de Teatro clásico pero a la hora de la verdad el 70% de ese elenco iban a ser hombres. Pero es verdad que son montajes de época y así eran entonces. Lo ves más en compañeras de otra disciplina, en dirección se notan más las diferencias. En los cargos directivos que son los que deciden los proyectos sigue habiendo más hombres que mujeres y es cierto que siguen teniendo más oportunidades las mujeres que los hombres pero se nota más en la dirección que en la interpretación.

—Quizá habría más papeles femeninos si hubiera más mujeres directoras...

—Puede ser… habría que preguntárselo a ellas aunque tanto unos como otros se pueden meter en los roles del otro aunque supongo que automáticamente se van a los más afines. Su trabajo debería ser poder meterse en todos los personajes. Hace falta más protagonismo de mujeres en todos los ámbitos de nuestra profesión, como en la mayoría.