Los seguros para mascotas. ¿Son el futuro?

"Resulta descorazonador cuando situaciones económicas adversas actúan en detrimento de la salud de nuestros familiares animales"

Un perro en una clínica veterinaria.

Un perro en una clínica veterinaria. / Servicio Especial

Mikel Lizarraga Eguiburu

Mikel Lizarraga Eguiburu

En una sociedad que avanza imparable hacia equiparación de derechos de todos los individuos, nos asomamos hacia el mundo animal con un inevitable debate acerca de hasta dónde podemos llegar. Y mirando de reojo a otros países (Inglaterra o Alemania) donde por cultura el trato hacia las mascotas está innegablemente más avanzado, surge la necesidad de hablar de su salud y del encaje de esta con una medicina veterinaria cada vez más moderna, con servicios equiparables a los de la medicina humana y sus costes lógicamente cada vez más elevados.  

Los seguros privados de salud son ya una realidad en nuestro país y para nuestras mascotas, la oferta se amplía cada vez más y surge el debate de si son realmente una buena opción. Desde el punto de vista veterinario no cabe duda de las ventajas de disponer cobertura médica sin restricción monetaria en las pruebas, medios y tratamientos que se deban aplicar. A cualquiera puede ocurrirnos que por un imprevisto nos veamos en la situación de desembolsar una cantidad importante, y más cuando la vida de nuestro mejor amigo está en juego. Estamos familiarizados con los seguros de responsabilidad civil pero no parecemos comprender que por una cantidad razonable (desde 18 a 60 euros al mes) varias compañías pueden sufragar las facturas veterinarias tanto para accidentes, tratamientos como en algunos casos vacunas y productos desparasitantes.

Resulta descorazonador cuando situaciones económicas adversas actúan en detrimento de la salud de nuestros familiares animales, no pudiendo seguir los procedimientos y terapias más avanzadas o en caso de aplicarlas, generan un gran desbarajuste en la economía familiar. De hecho en países europeos que mencionábamos como ejemplos de bienestar animal resulta impensable convivir con una mascota sin seguro médico, ya que proporcionalmente el veterinario resulta mucho más caro que en nuestro país.

Las desventajas son evidentemente el gasto fijo que supone, más en caso de querer asegurar varias mascotas, así como las situaciones fuera de cobertura que devienen de una elección inadecuada del tipo de seguro. Como dice la sabiduría popular es mejor pagarlo y no necesitarlo, pero cuesta todavía asumir que si queremos lo mejor para nuestra familia animal el precio a pagar cada vez será superior. Mejorar la salud animal va inexorablemente unido a las especialidades veterinarias y cada vez se demandan más expertos en cada campo, y es especialmente en este contexto donde conviene analizar al detalle lo que ofertan estas polizas, para evitar tener disgustos al acudir especialista en neurología, a fisioterapia o a consulta de etología.

En resumen, una cantidad fija al mes nos servirá para evitar desembolsos imprevistos y bridará una tranquilidad a la familia que ya abarca otros campos de la vida diaria como los vehículos o nuestra propia salud, ¿por qué no incluir a esa pequeña y revoltosa parte de nuestro hogar en esa seguridad?