El servicio de Inspección Urbanística y Patrimonio del Ayuntamiento de Zaragoza detectó daños en elementos catalogados de gran valor histórico y patrimonial durante la auditoría que realizó el pasado día 18 de mayo del interior de la antigua joyería Aladrén de la calle Alfonso. En concreto, hace referencia al estado del mostrador de la tienda, del antiguo despacho, de la sala Luis XVI y de la fachada, donde desde hace varios días ya no luce la cartelería ni el farol de siglo XIX. Desde la Dirección General de Patrimonio Cultural de la DGA también alertan de que se aprecian algunos desperfectos más achacables al paso del tiempo y a una posible falta de mantenimiento.

El ayuntamiento decidió clausurar el local el pasado día 12 después de constatar que se había producido un expolio del farol y de la cartelera. Una semana después, el actual inquilino del Gran Café Zaragoza, cuyo contrato vence este lunes, permitió la entrada de los inspectores municipales y de la DGA al local, pero no la del propietario. Ese día, el concejal de Urbanismo, Víctor Serrano, señaló que no había daños importantes en el interior de este establecimiento que abrió sus puertas por primera vez en 1885, sin embargo, el propietario, Santiago Baselga, aseguró a este periódico que estaba "completamente destrozado".

Los daños

Según el informe del servicio de Inspección Urbanística y Patrimonio al que ha tenido acceso EL PERIÓDICO, de la fachada han desaparecido cinco carteles con sus marcos, además del farol de fundición que se encontraba desde había 150 años encina de la puerta de acceso y que ahora se encuentran en el interior del local y en buen estado. El reloj se mantiene en la fachada, aunque la base inferior de la marquesina “está deteriorada y doblada por un golpe”.

La barra de bar, hecha con la madera del antiguo mostrador de la joyería, también presenta “desperfectos” y algunos de los elementos decorativos de las columnillas está fuera su sitio y dañados, como también sucede con el mármol verde

En el antiguo despacho se ha visto afectado por el deterioro el aplacado decorativo de la madera y de los dinteles interiores de los escaparates, que carecen de la decoración de los casetones. 

La ornamentación neobarroca que cubre las paredes de la sala Luis XVI también ha sufrido “abundantes desperfectos” y han desaparecido los apliques y algunos cristales emplomados de la puerta que, a día de hoy, daba acceso a la cocina y que están “rotos o mellados”. 

Por último, el servicio de Patrimonio municipal ha detectado que la bodega se ha ido estropeando con el tiempo fruto de la humedad y la aparición de “abundantes manchas” y grietas. 

El ayuntamiento denunció los hechos ante la Fiscalía al considerar que se había producido “un expolio de distintos elementos protegidos de la fachada, como los carteles de la joyería y el farol de iluminación”. La antigua joyería Aladrén, también conocida como Gran Café Zaragoza, está inscrita como Bien Catalogado del Patrimonio Cultural Aragonés por el Gobierno de Aragón desde el 2002, y desde el 2006 el Plan General de Ordenación Urbana de Zaragoza (PGOU) lo cataloga como “local comercial A” en el que se incluyen como elementos a conservar la fachada, marquesina, la decoración interior y las columnas de fundición.