Los Pilares del 2021 se recordarán por el eufemismo de llamar actos culturales a las fiestas y por una violencia en las calles de Zaragoza sin precedentes porque el objetivo de las agresiones fueron policías nacionales. Más de 150 personas fueron detenidas frente a las 180 del 2019, la mayoría por robos violentos, lesiones en peleas y violencia machista. Hasta cinco policías resultaron heridos y los autores de estos ataques detenidos, salvo el autor de la brutal paliza a un agente en el interior de un bus urbano por el simple hecho de requerirle el uso de la mascarilla. Hay activado un dispositivo de busca y captura.

Unas agresiones que motivaron concentraciones frente a las comisarías de toda España como acto de protesta, pero también de apoyo al inspector herido en el autobús; a los dos antidisturbios lesionados en el macrobotellón de la plaza del Justicia; al subinspector destinado en Tudela que fue apaleado cerca de su casa en la capital aragonesa y al oficial encargado de la custodia de los detenidos en los calabozos de la comisaría Actur que recibió una paliza por parte de tres hombres que consiguieron fugarse durante cinco minutos. Previamente uno de ellos consiguió reventar una celda y liberar a sus dos compinches. El acto más multitudinario fue el celebrado a las puertas de la Jefatura Superior de Policía de Aragón, donde acudió la delegada del Gobierno de España en Aragón, Rosa Serrano; el alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, la concejal de Economía, Carmen Herrarte, y una amplia delegación del PP de Aragón con su presidente regional Luis María Beamonte a la cabeza.

La delegada del Gobierno, el alcalde de Zaragoza, el jefe superior de la Policía en Aragón, ayer en la concentración. Ángel de Castro

Serrano justificó su presencia para «condenar y visibilizar el buen trabajo que hace la Policía, incluso fuera de servicio, aunque lamentablemente existen casos como el ocurrido al agente este pasado sábado». «Los policías no coartan la libertad de nadie» prosiguió Serrano, y «no interrumpen ningún acto lúdico ni festivo».

Sindicatos

Por su parte, el secretario provincial del SUP, Ángel Mena, avanzó que el sindicato se va a personar en la causa como acusación particular en la causa del inspector agredido en un bus. Lamentó que «se haya perdido el principio de autoridad y que salga muy barato agredir a un funcionario público». «No tenemos el respaldo institucional ni del ministro, ni de los partidos políticos, ni de nadie», afirmó.

En los mismos términos se pronunció el responsable de Asuntos Jurídicos de Jupol, Antonio Elijarde, quien apuntó que los casos de atentados a agentes de la autoridad han subido en las últimos años entre un 20 y 25%. «Las agresiones a los policías salen muy baratas, y deberíamos considerarnos autoridad, incrementando así las sanciones y penas», apostilló Elijarde, quien remarcó que en muchas ocasiones, los policías «no actúan como deberían por miedo a ser grabados y a la sociedad».

Azcón, recogió el guante y afirmó que el PP ha presentado en el Congreso una medida «para reforzar el carácter de autoridad de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado», que se debatirá este jueves. «Ese es el camino», enfatizó Azcón, quien señaló que «en Zaragoza no hay espacio para personas carentes de escrúpulos y sentimientos como parece en el caso del individuo de la agresión en el bus urbano».

ABIERTA UNA INVESTIGACIÓN SOBRE LA SEGURIDAD DE LAS CELDAS 

La delegada del Gobierno en Aragón, Rosa Serrano, anunció ayer una investigación para saber qué pudo ocurrir en la zona de calabozos de la comisaría Actur de Zaragoza para que un preso consiguiera salir de su celda, abrir la de sus dos compinches y huir, todo ello previa agresión al agente que les custodiaba, tal y como adelantó EL PERIÓDICO. Ni cinco minutos duraron en libertad porque fueron detenidos y puestos ayer ante del juez de guardia. Dos de ellos, A. S. G. y J. G. G., ingresaron en prisión provisional, mientras que el tercero, A. G. G., quedó en libertad. Los tres, defendidos por la abogada Olga Oseira, habían atracado varios salones de juego de Zaragoza consiguiendo un botín de 7.000 euros.