Movilidad Urbana

La seguridad vial de Zaragoza se somete a examen

El incremento de la siniestralidad en la capital ha forzado al ayuntamiento a crear un grupo de trabajo para analizar las causas. Cada vez hay más agentes implicados y obligados a convivir

Intersección 8 Cruce de San Juan Bosco con avenida de Valencia y la calle Bretón de Zaragoza.  | ÁNGEL DE CASTRO

Intersección 8 Cruce de San Juan Bosco con avenida de Valencia y la calle Bretón de Zaragoza. | ÁNGEL DE CASTRO

Carlota Gomar

Carlota Gomar

El año 2023 ya suma en sus estadísticas tres fallecidos por accidentes de tráfico en las carreteras urbanas de Zaragoza. Un inicio de año marcado por un 2022 con diez muertos en las vías urbanas, la peor cifra en la última década. Un incremento en la siniestralidad que ha hecho saltar las alarmas en el ayuntamiento, que ha creado un grupo de trabajo específico para analizar los motivos que han podido disparar los accidentes en la ciudad.

Desde el área de Movilidad no se esconden: «Algo ha sucedido porque que se ha disparado el número de atropellos y accidentes y queremos averiguar si es algo casual, mala suerte, o si hay que hacer cambios en la seguridad vial», explican. Un examen que parte del cambio que ha registrado la ciudad en lo referente a la movilidad, con más agentes implicados, como las bicis y los patinetes. Sin olvidar el factor móvil, el principal motivo de distracción entre peatones y conductores.

«Las ciudades evolucionan y por eso estamos analizando aquellos aspectos en los que podamos mejorar la seguridad para todos, empezando por los más vulnerables», explica la concejala de Movilidad, Natalia Chueca, que recalca que la seguridad vial es «una prioridad».

Para tratar de encontrar la respuesta han creado un grupo de trabajo con los colectivos implicados en la movilidad, como los ciclistas, uno de los más vulnerables junto a los usuarios de patinetes eléctricos y los peatones. Desde Pedalea admiten que queda trabajo por hacer en la ciudad. «Los carriles bici tienen poco mantenimiento y muchos están mal diseñados. Lo ideal es que estén segregados y que no tengan obstáculos, como las paradas de autobús», explican.

Un usuario de patinete esquiva a los viajeros del bus que esperan alrededor de la parada.

Un usuario de patinete esquiva a los viajeros del bus que esperan alrededor de la parada. / ANGEL DE CASTRO

Según el colectivo, en la red de carriles bici hay alrededor de un centenar de puntos negros que comparten, en su mayoría, el mismo problema: la falta de visibilidad y los giros en calzada para los vehículos, que acostumbran a invadir el carril bici. «Esto es peligroso porque si el conductor va despistado se pude llevar por delante al ciclista», apuntan, como sucede en la avenida Valencia o el camino de las Torres.

El ámbar, en cuestión

La regulación semafórica es otro de los principales problemas a los que hacen referencia los colectivos. Desde Acera Peatonal señalan que los semáforos en ámbar en las intersecciones suelen generar confusión entre peatones y conductores. Aunque se trata de una cuestión de sentido común, el mirar antes de cruzar, estos cruces aglutinan la mayor parte de los accidentes. En este sentido, desde StopAccidentes apuntan la «falta de atención» como uno de los principales problemas.

«Todos creemos que tenemos prioridad y preferencia y pasamos sin mirar. No. Esto no es así, siempre hay que asegurarse antes de cruzar», recalcan desde la entidad, que alerta (también) de que los giros a la derecha son los que más problemáticos y peligrosos.

Desde el ayuntamiento explican que el tipo de regulación lumínica se estudia a conciencia y siempre han defendido que su funcionamiento «no da lugar a ninguna situación de peligros». Sin embargo, debido al incremento de la siniestralidad, desde Movilidad no descartan eliminar los ámbar, al menos en las zonas con más conflictividad. También están analizando la posibilidad de aumentar el tiempo de paso de los peatones en las principales vías.

La educación vial, el primer paso

La educación vial es esencial. Es el punto de partida. Así lo considera Juan José Alba, miembro del grupo de Nuevas Tecnologías y Seguridad Vial, que cuestiona que pueda utilizarse un patinete eléctrico que circula a 25 kilómetros por hora sin haber realizar un curso previo sobre circulación. «Es muy importante que uno sepa a qué peligro se enfrenta, qué es lo que le pueda pasar si tiene un accidente», subraya.

No obstante, Alba asegura que «Zaragoza es una ciudad segura». Una opinión que comparten el resto de colectivos, conscientes de que hay que trabajar para «mejorar la convivencia entre todos los medios de transporte que interactúan hoy en día», señala el gerente de Avanza, Guillermo Ríos. Los autobuses se han visto implicados en varios de los accidentes registrados durante 2022, también en los mortales.

Cruce de Vía Ibérica con Argualas, en Zaragoza.

Cruce de Vía Ibérica con Argualas, en Zaragoza. / ANDREEA VORNICU

Desde Avanza aseguran que en ningún caso se debió a la velocidad de los vehículos. «Es importante que se centre el análisis en los medios que comparten la calzada, que se tenga una visión global para poder dar una solución real a esta situación».

Para los taxistas es clave mejorar la visibilidad y el «tiempo de reacción», sobre todo en las intersecciones. Por eso, proponen que los pasos de peatones nunca se ubiquen en el cruce, sino pasados unos metros desde la incorporación del vehículo a la calle. «Así el conductor tiene tiempo para frenar si de repente se le cruza un peatón andando», explican, como ocurre en Valle de Broto con Gómez de Avellaneda. Todo lo contrario que en el camino las Torres con Miguel Servet, donde los pasos de cebra se ubican inmediatamente después del giro.

También reclaman que se eliminen los elementos que dificultan la visibilidad en la conducción, ya sea árboles, contenedores o zonas de aparcamiento. El ayuntamiento lleva tiempo trabajando en ello, despejando vehículos los cruces.