Calor extremo

El albergue de Zaragoza abre un refugio climático para las personas sin hogar

El centro habilita un barracón con aire acondicionado hasta las 20.30 horas durante las olas de calor

Los usuarios tienen acceso a agua fría y las comidas se adaptan para que sean más ligeras

Una trabajadora del albergue municipal reparte agua a los usuarios. | JAIME GALINDO

Una trabajadora del albergue municipal reparte agua a los usuarios. | JAIME GALINDO / carlota gomar

Carlota Gomar

Carlota Gomar

Son los eternos olvidados. Las personas sin hogar afrontan los días de calor extremo como pueden, sin la posibilidad de refrescarse bajo el aire acondicionado. Desde el albergue municipal del Ayuntamiento de Zaragoza, completo desde hace semanas, han diseñado un protocolo de actuación especial que se activa durante los episodios de más calor con el ánimo de hacerles más llevaderas las tórridas jornadas y ofrecerles una alternativa donde protegerse del sol. Básicamente, las instalaciones sirven de refugio climático ya que se habilita un pabellón con climatización para que todos aquellos que lo deseen puedan disfrutar durante las horas centrales del día del frescor del aire acondicionado.

Según explica la trabajadora social del centro, Flor León, cuando el ayuntamiento activa la alerta por calor se pone en marcha este protocolo que pone especial atención en la hidratación de las personas. Para ello, se habilita una nevera con bebida fría en el hall del albergue.

«Todos los que acceden al recinto pueden coger tantas botellas como necesiten, es muy importante que estén hidratados porque pasan muchas horas al día en la calle», explica la trabajadora social, que calcula que en una mañana pueden repartirse más de 250 botellines. Uno de los problemas que han detectado es la falta de concienciación sobre los peligros que entraña estar expuestos a las altas temperaturas durante muchas horas al día.

«Todos hemos interiorizado lo importante que es poner en marcha medidas durante las olas de frío, pero no sucede lo mismo con el calor», admite León, que explica que Cruz Roja también refuerza su servicio de atención a personas sin hogar, visitando a diario a todas aquellas que tienen localizadas, a las que se les proporciona agua y las atenciones necesarias.

Una carpa amplía las zonas sombrías.  | JAIME GALINDO

Una carpa amplía las zonas sombrías. | JAIME GALINDO / carlota gomar

Barracones con climatización

El protocolo del albergue incluye la apertura de uno de los dos pabellones del frío instalados en el patio. Unos barracones diáfanos que desaparecerán con la reforma y que están climatizados. «Están abiertos hasta las 20.30 horas, cuando cerramos las puertas del centro», comenta León. Esta es una de las principales diferencias con el protocolo de ola de frío, cuando el centro permanece abierto las 24 horas del día para aquellos que, de madrugada, deciden acercarse al albergue en busca de calor.

No es el único espacio con refrigeración. Una de las salas comunes, con televisión, libros y algún que otro juego de mesa también dispone de aire acondicionado y ventiladores. «Estas salas están pensadas principalmente para las personas que vienen durante el día. Hay usuarios que trabajan de madrugada, en el campo, y suelen acudir al centro durante las horas centrales del día para asearse y refrescarse», explica León. Lo cierto es que la mayoría de las personas agota el tiempo en el patio del albergue, donde suelen dejar sus pertenencias, de manera que pueden vigilarlas.

En el patio y a la sombra

El exterior es la zona más sombría gracias a sus árboles. Para ampliar la sombra, el ayuntamiento mantiene instalada la carpa que se colocó durante la crisis sanitaria. Entonces era la zona de triaje, donde se realizaban los test covid a todos aquellos que solicitan acceso al centro que, gracias al exhaustivo control, no sufrió ningún brote de coronavirus.

Las horas centrales del día son las más peligrosas, por lo que el centro ha flexibilizado la hora de la siesta. De normal, los usuarios que residen temporalmente en el albergue pueden descansar en sus habitaciones hasta las 17.00 horas, pero durante los episodios de calor extremo pueden hacerlo hasta las 19.00 horas, «cuando empieza a bajar el sol», subraya León. Las habitaciones del centro no tienen refrigeración, tampoco el resto de salas comunes, como el comedor, pero por lo menos están a resguardo del sol. También se presta más atención a las comidas y en cocinas adaptan el menú con alimentos más frescos y ligeros.

Uno de los principales proyectos del Gobierno municipal es la reforma del albergue, que se iniciará este mismo año. Un proyecto que asciende a 4,5 millones de euros y cuyos trabajos se prolongarán durante 16 meses. La reforma permitirá ampliar las plazas de alojamiento de las 120 actuales a 130, que no el número de habitaciones, y acabará con los famosos barracones para hombres que se habilitaban para las campañas del frío (y ahora de calor), que serán sustituidos por un nuevo espacio de emergencias, donde se ofrecerá alojamiento a todos aquellos que lo necesiten de forma urgente.