El Ayuntamiento de Zaragoza reformará el albergue pese a no captar fondos europeos

El Ayuntamiento de Zaragoza iniciará este año la reforma del albergue municipal. Una prometida obra, muy demandada y necesaria, que se ejecutará pese a que el consistorio no ha logrado captar fondos europeos para sufragar la inversión, de 4,5 millones de euros, y que se prolongará durante 16 meses. 

La concejala de Políticas Sociales, Marian Oros, visitó ayer el centro y constató el resultado de los talleres ocupacionales impulsados por el consistorio. Aprovechó la ocasión para anunciar que, tras el periodo estival, se adjudicarán los trabajos, ahora en licitación, y «si todo va bien» se iniciarán antes de que finalice este año. Orós remarcó que esta actuación va a permitir un cambio en la «dignificación» y la «mejora del confort de un espacio» donde residen de forma temporal las personas sin hogar. 

La adecuación de estas instalaciones lleva años rondando por los despachos. Hace un año, el Gobierno municipal, entonces con Jorge Azcón, aprobó el proyecto, que apenas recogía diferencias con el que se diseñó en la etapa de ZeC. El programa incluye la ampliación de las instalaciones y la recuperación y restauración del antiguo cuartel de San Agustín, cerrado desde el año 89. 

El presupuesto municipal contempla una partida de 10.000 euros para impulsar su licitación, y un plurianual de 2 millones para 2023 y 2,7 para 2024. En principio, el Gobierno de la ciudad preveía costear hasta un 30% de las obras con cargo a las ayudas de la Unión Europea que, finalmente, han sido denegadas. La capital aspiraba a ingresar 1,3 millones de euros. 

«El albergue no es solo un espacio para dar cobijo, alimentación y ofrecer una ducha, sino que los que quieran pueden empezar una nueva etapa en la inclusión social y laboral que es el reto», subrayó la concejala, que recalcó que «es imprescindible que ante las inclemencias meteorológicas tengan más confort y calidad», ya sea durante las olas de frío como las de calor. 

La reforma permitirá ampliar las plazas de alojamiento de las 120 actuales a 130, que no el número de habitaciones, y acabará con los famosos barracones para hombres que se habilitaban para las campañas del frío, que serán sustituidos por un nuevo espacio de emergencias, donde se ofrecerá alojamiento a todos aquellos que lo necesiten de forma urgente. Las instalaciones se completan con la Casa Abierta para mujeres. 

El proyecto también contempla la recuperación del antiguo Cuartel de San Agustín, propiedad del ayuntamiento desde 1989 y que ampliará la superficie de las instalaciones hasta los 1.872,40 metros cuadrados. En concreto, 923 metros cuadrados servirán para crear las nuevas oficinas de los trabajadores –a las que podrían trasladarse los empleados del centro social de La Magdalena– y espacios polivalentes en los que se realizarán actividades y se impartirán cursos.