Altas temperaturas

Alerta amarilla por el calor en Zaragoza: "No hemos parado de servir café con hielo"

Zaragoza ha alcanzado este jueves los 36 grados, unas temperaturas para las que los ciudadanos se han preparado con gorras y ropa ligera

«Lo peor son los pedidos al mediodía», ha dicho un repartidor

Un hombre en Zaragoza tomando el sol en la calle este jueves.

Un hombre en Zaragoza tomando el sol en la calle este jueves. / Josema Molina

Judit Macarro

Judit Macarro

Los termómetros de Zaragoza han alzanzado hoy los 36 grados, una subida de temperaturas que los ciudadanos han intentado solventar con gorras, gafas de sol y ropa ligera. No ha quedado una zona de sombra libre en la ciudad, porque todos aquellos que se han atrevido a salir a la calle han ocupado los bancos ocultados del sol para descansar del calor abrasador que ha atacado durante la mayor parte del día.

Los veladores de las terrazas se han llenado de zaragozanos que han pedido bebidas frescas ante el bochorno. «Durante toda la mañana no hemos parado de servir cafés con hielo», ha asegurado Patricia, camarera en el bar Koalalumpur ubicado junto a la plaza San Francisco. Dentro del local, los trabajadores vestían con mangas cortas y mantenían la puerta de establecimiento cerrada: «Es la única manera de que se esté fresco aquí, tenemos el aire acondicionado a tope», ha explicado esta trabajadora.

Agua y ropa ligera

Sentados en las mesas y a resguado del calor, la mayoría de los clientes guardaban silencio y ojeaban sus apuntes. Eran, en su mayoría, alumnos que se enfrentarían en pocas horas a sus últimos examenes de la Evau. «He venido preparada con una botella de agua y ropa ligera para estar cómoda», ha dicho Eva, estudiante que a las 11.15 horas se evaluaba de la asignatura optativa de Griego.

Un termómetro del centro marcó los 36 grados.

Un termómetro del centro ha marcado los 36 grados este jueves. / Josema Molina

En la calle, aquellos a los que les tocaba trabajar al sol lo hicieron preparados para la ocasión. Patricia y Jorge, repartidores de Glovo, llevaban protección solar, agua y gorras para evitar «un golpe de calor». Han explicado que, entre pedido y pedido, aprovechaban para «descansar en cualquier sombra» que veían por la calle. Por delante les esperaba una jornada de intenso calor «muy dura», han asegurado. Sobre todo porque «la mayoría de pedidos se hacen al mediodía, a la hora de comer, que es cuando hace más calor», ha señalado Patricia.

A su lado, Jorge llevaba una camiseta de deporte y manga larga. «Prefiero ir más tapado porque así evito exponerme mucho al sol y quemarme», ha incidido. Otro de los motivos es que «entre los trayectos es más cómodo beber agua que tener que echarse crema de sol, que hace que el cuerpo sude más», ha concretado el trabajador.

En la calle Cortes de Aragón, Paco y Jaime ponían a punto las aceras de la zona. Ambos también llevaban gorras. Los trabajadores del Ayuntamiento de Zaragoza aseguraron que, ante a las altas temperaturas que se esperaban a lo largo del día, estaban avisados «para seguir el protocolo de alerta amarilla». Han explicado que, estas medidas de seguridad, consisten en «llevar la cabeza protegida, ropa transpirable y hacer pausas de diez minutos cuando se lleva mucho rato trabajando». Siendo imprescindible «tener a mano una botella de agua para estar bien hidratados», ha añadido Paco.

Varias personas sentadas a la sombra, este jueves, en un banco del centro de Zaragoza.

Varias personas sentadas a la sombra, este jueves, en un banco del centro de Zaragoza. / Josema Molina

En su horario de trabajo (de 7.00 a 13 horas), ambos han señalado que no corrían peligro por el calor. «Nuestros compañeros de la tarde sí que tienen que tener más cuidado, porque salen a las 14.00 horas y recogen a las 18.00 horas», ha confirmado Jaime. Un periodo temporal en el que la ciudad alcanzó los 36 grados.

Por las calles, ayer no ha faltado la típica imagen de los ciudadanos que han intentado refrescarse en las fuentes de la ciudad. Algunos incluso han aprovechado para hidratar también a sus mascotas durante los paseos. En su mayoría cortos, para evitar exponerlos al «sofocante» calor, ha dicho una mujer.

El otro gran protagonista de la jornada de calor han sido los helados, un aperitivo veraniego que también ha refrescado la tarde a más de uno cuando más ha apretado el calor.