El final de las instalaciones de Averly en Zaragoza levantó ayer numerosas incógnitas sobre el futuro de una de las joyas arquitectónicas de la ciudad, la reconversión de las naves industriales en viviendas y el destino de esos materiales que se alojan aún en su interior con décadas y décadas de la historia industrial de la ciudad. Pero también sirvió para sacar a la luz las deudas pendientes del Ayuntamiento de Zaragoza con la empresa, por valor de 1,25 millones de euros, a propósito de la expropiación de suelo que tuvo que hacer para construir el túnel de la A-68 y la calzada en superficie de la avenida Escrivá de Balaguer.

Una deuda heredada por el ayuntamiento que prevé saldar en el 2014, dado que se estableció un plan de pagos con Averly por el que satisfaría 350.000 euros en el 2012, 450.000 este año y otros 450.000 el próximo ejercicio. El problema es que no ha abonado ni un solo euro porque, según explicaron fuentes municipales, "aunque hay disponibilidad económica en el presupuesto" para hacerlo, el consistorio no puede adquirir suelo a una empresa que no esté libre de cargas y, al parecer, esta firma está sujeta a préstamos que le impiden percibir estas cantidades del erario público.

TODAS LAS ADMINISTRACIONES Sin embargo, parece que en esta deuda tienen parte de culpa todas las administraciones y tanto el PSOE como el PP. Esos 1,25 millones de euros se tenían que pagar porque cuando se hizo el planeamiento del barrio del AVE, en un momento en el que el PP estaba al frente del Gobierno central, dueño del 50% del capital de Zaragoza Alta Velocidad. Además, ostentaba la presidencia de la sociedad pública en la que DGA y Ayuntamiento tenían un 25% cada una.

Pero además, dicho planeamiento se encargó la empresa de ingeniería Idom, que por aquel entonces estaba dirigida por Rafael Fernández de Alarcón, ahora consejero de Obras Públicas de la DGA, y que impuso la construcción de un túnel carretero que uniera la salida desde María Agustín hasta la A-68. Paar hacerlo había que expropiarle suelo a Averly y pagarle ese precio. Aunque hoy, más de una década después, el túnel sigue inacabado y la deuda debe asumirla igualmente el ayuntamiento.

Por eso ayer el responsable municipal de Urbanismo, carlos Pérez Anadón, culpó abiertamente a Fernández de Alarcón por su "empeño" en el túnel carretero de la A-68 por el que "su puso a disposición de eso" todos los suelos expropiados a Averly y que, por otra parte, ahora reducirá también el espacio que la nueva propietaria de los suelos, la constructora Brial, deberá ceder al consistorio para uso público, dentro de ese 35% al que está obligado en el planeamiento cuando levante las 200 viviendas que le permite el Plan General.

Aunque "es pronto" para decir si serán finalmente 200, o si se harán varios bloques de pisos o una única torre de 20 alturas. Al menos así lo manifestaron desde la empresa Brial, que confirmaron la información adelantada ayer por EL PERIÓDICO sobre la compra de los suelos a Averly, una operación que se hizo efectiva "el pasado mes de enero". Aunque no quisieron hablar del importe de la compra, sobre el que además se firmó una cláusula de confidencialidad en el contrato suscrito con los propietarios de la vieja fundición.

"No queremos hablar de fechas. Estamos trabajando en el plan especial que presentaremos al ayuntamiento en cuanto sea posible", explicaron fuentes de la promotora, quienes no ocultaron su "confianza" en poder vender todos los pisos que se hagan porque "no hay suelos como este en toda la ciudad". La crisis en el sector es importante, pero esta pastilla de más de 8.000 metros cuadrados es una de las más valiosas por estar en el centro.