Sobre los espacios protegidos de las instalaciones de Averly, la empresa Brial recordó ayer que no solo están obligados a mantener la antigua residencia de la familia y el cerramiento y la fachada exteriores sino también el jardín, una joya arquitectónica del siglo XIX, según los expertos, que se encuentra, por otra parte, en un alarmante estado de abandono. La constructora, por su parte, recordó que "el futuro de los materiales que hay en el interior de las naves que sí podrán demolerse no depende de Brial, sino de Averly", aunque la empresa no se sabe qué hará con ese legado.