Empezó la Liga el fin de semana pasado, pero cualquiera hubiera dicho que el Zaragoza jugaba ayer en Villanueva su primer partido de la pretemporada. Cumplió, desde luego, con todo lo que se le exige a un bolo veraniego de esos que sirven para desperezar músculos --o atrofiar, según el caso--, con poco fútbol, mucho calor, mínima emoción y cuerpos pesados. Un tostón, vamos. Solo que, en vez de jugarse en julio, abrió el mes de septiembre. En eso está el equipo de Aguirre, en plena preparación pese a haber pasado ya la canícula, con mucho que mejorar en cuanto a energía, disposición, técnica y táctica. Ayer le valió para ganar a un equipo de Tercera, pero sin ínfulas. Solo Joel sacó el partido del bostezo. La perla, que aún tiene 16 años, hizo más en 5 minutos que Edu Oriol en una hora. No quiere decir que esté hecho ya, pero en esas piernas asoma un buen jugador, con toque, visión de juego, velocidad y regate.

El Villanueva fue mejor durante muchos minutos de la primera mitad. Después, el destacado fue Braulio, que marcó dos goles y se marchó con un problema muscular en el gemelo derecho.

La alineación de Aguirre en la primera parte presentó dos novedades llamativas. Probó a Meira por delante de la defensa como pivote y lanzó a Kevin al lateral derecho, una posición en la que no puede ajustar su fútbol. Apenas apareció en la primera mitad, donde el Zaragoza repitió errores defensivos conocidos. Pérdidas absurdas de balón, despistes y algún que otro desliz táctico. Todo eso lo aprovechó el Villanueva, enérgico y serio como correspondía para la ocasión. Entre Villar y Samuel le hicieron pasar un mal rato a Abraham, a quien, extrañamente, se le ve más cómodo de mediocentro.

Antes del primer gol se lució Leo Franco, cuando el equipo local asomaba por los costados o por el centro. Fuese antes o después, en cualquier mereció un gol. Lo marcó en el primer disparo a puerta del Zaragoza, en el minuto 27, Braulio, que repetiría 50 después. Para entonces ya había aparecido en el campo Joel, un futbolista tan pequeño como completo, un jugador que el Zaragoza debería cuidar como el tesoro que parece, que es.