Manolo Jiménez siempre ha asegurado públicamente que la primera condición de los refuerzos que lleguen en este mes de enero tiene que ser que no tengan dudas en venir a pesar de la delicada situación del equipo. Si es por eso, Juan Torres Ruiz Cala, cumple con ese requisito de sobra. De largo, habría que añadir. Ayer, elcentral de Lebrija, cedido por el Sevilla en el AEK de Atenas hasta junio, se reunió a primera hora de la tarde en la sede del club con el presidente y el director deportivo del club griego para anunciarles su deseo de marcharse al Zaragoza. Lo hizo pocas horas después de que Antonio Prieto, director deportivo zaragocista, le hiciera saber al defensa y a sus agentes que la administración concursal había dado luz verde al desembolso que supone la llegada de Cala, una petición expresa de Jiménez y que puede jugar de central y de lateral derecho.

Con todo, desde el entorno de Cala se optaba ayer por la máxima prudencia y hasta no se quería ver el asunto con optimismo -«Está complicado, pero puede ser», se decía una y otra vez-, porque el AEK, a través de sus dirigentes, se cerró en banda ayer al hecho de facilitar la salida al central. Es lo lógico, dado que es uno de los fijos en el once del conjunto griego.

Sin embargo, al defensa se le adeuda por parte de este equipo la práctica totalidad de los emolumentos que tenía que haber percibido ya a mitad de temporada, si bien en la reunión con el presidente y el director deportivo éstos le prometieron a Cala que el pago de parte de esas cantidades es inminente. En todo caso, no le persuadieron en su deseo de irse y mantuvo el mismo discurso para dejar ahora el AEK y ponerse a las órdenes de Jiménez, que ya lo tuvo en el filial del Sevilla y en el primer equipo.

HOY, CON EL ENTRENADOR / Para que Cala pueda fichar por el Zaragoza es absolutamente imprescindible que se desvincule del AEK sin coste para el club aragonés. El Sevilla, con quien el jugador tiene contrato hasta el 2015, no pone ninguna pega a que el central termine el año de cesión en La Romareda. Y ese es, ante todo, el deseo del futbolista, que hoy, según aseguraron ayer en su entorno, le volverá a decir «bien claro» al club que se quiere marchar. Lo hará en una reunión en la que además del presidente y el director deportivo estará el entrenador del AEK, Nikos Kostenoglou. Hoy, por tanto es un día clave para que Cala pueda llegar al Zaragoza, ya que es muy difícil que un club quiera que siga un futbolista que abiertamente les dice que desea salir. No hay más que ver lo que sucedió con Ponzio en el conjunto aragonés.

Prieto aseguró el pasado viernes a los agentes del futbolista que en ese momento la administración concursal no autorizaba el desembolso para incorporar a Cala. El problema se desbloqueó ayer, cuando Cala y sus representantes ya recibieron luz verde del club para una operación que supone asumir la ficha del jugador hasta junio, unos 300.000 euros. La argumentación de la falta de liquidez se podía subsanar con la salida inminente de algún jugador y ahí el que tiene cada vez más números para abandonar el barco zaragocista en los próximos días es Meira.