Los componentes de la plantilla del Real Zaragoza intentaron levantar hoy su alicaído ánimo en un concilio en el vestuario de la Ciudad Deportiva con el objetivo de intentar poner freno a la crisis deportiva que atraviesan cuyo destino final es el descenso a Segunda división.

En una reunión previa al inicio de la sesión de entrenamiento que se prolongó casi dos horas, a la que también asistió durante aproximadamente media hora el entrenador Manolo Jiménez, los jugadores analizaron y hablaron sobre la delicada situación en la que se encuentra el equipo, colista y a diez puntos de la línea que marca la permanencia.

Con la derrota del Rayo Vallecano, el equipo aragonés acumula catorce jornadas de Liga consecutivas a las que se unen los dos partidos de Copa del Rey frente al Alcorcón sin ganar, algo que difícilmente soporta cualquier análisis favorable para un equipo que se encamina hacia el descenso de categoría.

El portero Roberto Jiménez, en su comparecencia en rueda de prensa, explicó que en la reunión, en la que no entró en los detalles, habían charlado tratando de "unificar ideas para seguir una dirección única y gracias al gran grupo que tenemos no es difícil de conseguir".

Reconoció que están teniendo "muchos problemas a la hora de jugar, pero no podemos echarnos en cara falta de actitud y profesionalidad y lo único que podemos hacer es hablar de cómo podemos cambiar la situación".

El partido ante el Rayo Vallecano se había señalado por parte de jugadores y cuerpo técnico durante la semana previa como el punto de partida para empezar a acercarse a los puestos de permanencia en un momento en el que "cada partido que no ganemos es pisarnos un poco más el cuello".

"Era una oportunidad muy importante para conectar con los equipos que marcan el descenso. Empezar ganando ilusiona más, pero el empate fue un palo que hizo mucho daño y el segundo gol terminó de matarnos, pero vamos a luchar hasta el final", insistió el cancerbero madrileño.

En la plantilla zaragocista son conscientes de que la situación a la que han llegado es complicada, aunque esperan llegar a un momento que genere "la liberación" que les haga fuertes y dejen de ser el equipo "desahuciado".

Roberto insistió en que al margen de la situación contractual en la que se encuentran los diferentes componentes de la plantilla "si se hace una buena temporada todos salen beneficiados y si se hace mala todos salen perjudicados".

En el ensayo posterior se pudo ver con el grupo a la última adquisición del mercado de invierto, Pablo Sebastián Álvarez, recuperado ya de la elongación muscular que le impidió estar ayer en el encuentro frente al Rayo. El club informa asimismo que Ruben Micael ha realizado trabajo personalizado en el gimnasio y evoluciona satisfactoriamente de sus molestias y que Carlos Aranda, recibe tratamiento médico y de fisioterapia por las molestias que sufre en adductor. El malaguerño será sometido mañana a pruebas complementarias para establecer un diagnóstico definitivo.

Otro de los asuentes fue el guardameta Roberto, quien no se ha entrenado por precaución debido a una leve contusión que recibió en el partido de ayer.