Hay ocasiones en que las estadísticas no dicen toda la verdad e incluso consiguen disfrazarla. El caso de los defensas del Real Zaragoza esta temporada es un buen ejemplo. Por el número de minutos que han jugado Paredes y Abraham, que han sido todos (664), Álvaro (algunos menos, 631, solo porque fue expulsado) y Sapunaru (los 380 en los que ha estado), bien podría decirse que el equipo no tiene problema alguno en la retaguardia sino que goza de una estabilidad maravillosa. Siempre juegan los mismos; en teoría todo perfecto. Evidentemente la realidad no es esa. Se trata más de una continuidad de los futbolistas por eliminación que por elección, salvo los casos de Álvaro y Sapunaru, fijos en cualquier escenario.

La lesión de Obradovic para un tiempo prolongado rescata el debate de cuáles son las necesidades del equipo. El club tenía decidido acometer el fichaje de un central y un delantero en enero. Ahora, si la comisión correspondiente lo autoriza por la baja del serbio y aparece algo apetecible, irá ya al mercado. Es obvio que a pesar de la estabilidad de la línea defensiva y de que Obradovic es un lateral, el equipo precisa sobre todo de un central de vuelo, toda vez que Paredes puede competir en banda con Abraham.

La otra opción sería cambiar a Obradovic por un punta. La falta de gol es notoria. Y ahí surge la pregunta. ¿El equipo no marca goles por la inoperancia de Postiga o porque el balón llega en malas condiciones al área contraria y la segunda línea no aporta en esa faceta? ¿Qué haría falta entonces? ¿Un delantero o alguien que pusiera de gol a Postiga?