Pignol, Pulido, Diogo, de regreso de su grave lesión, tras la que nunca fue el mismo, Juárez... La lista de laterales derechos en la historia reciente da para un libro cercano al horror, para una maldición del 2 salvo la digna excepción que supuso Pablo Álvarez en la recta final de la temporada pasada. Jiménez quiso que al argentino siguiera siendo el dueño de ese carril, pero el Catania no opinó igual. Sin embargo, el técnico siempre tuvo en mente a Sapunaru, al que ya quiso para el Sevilla y pretendió traer en enero a La Romareda. Se salió con la suya y el rumano le está dando la razón.

Sapunaru ha jugado todos los minutos desde que debutó en la cuarta jornada. En las tres anteriores no estaba aún, ya que llegó sobre la bocina del mercado y, partido a partido, ha aumentado sus prestaciones en ese carril. El Zaragoza, por fin, tiene un señor lateral. Desde el Diogo de la primera época hasta su lesión, no había un jugador de ese nivel en la banda. Y vaya si se echaba de menos...

Sapunaru no logró triunfar en el Oporto tras ser uno de los jugadores más prometedores de Rumanía. En Portugal su aportación fue discontinua y este verano el club luso le puso en el escaparate de forma definitiva. Incluso se entrenó al margen del equipo. El Zaragoza supo esperar con él, tener paciencia para que llegaran las urgencias del final del mercado y Sapunaru apostó fuerte por venir a La Romareda un año y relanzar su carrera tras rechazar volver a su país y que el Oporto desestimará ofertas por él, una del Sevilla en julio, por cierto. Al final, el conjunto portugués le dio la carta de libertad y solo se guardó un porcentaje en caso de que el Zaragza lo traspase en enero.

Sapu no cierra las puertas a seguir el curso que viene aquí, está agradecido a Jiménez y al club, pero es dueño de su futuro el 30 de junio y, si mantiene el nivel, no le faltarán pretendientes.

Pero de momento el Zaragoza disfruta de un lateral que ofrece seguridad y solvencia en su carril, salvo en algún despiste a su espalda, algo que se vio en otros partidos y que ayer corrigió. Frenó en seco a Manu del Moral y ató después en corto a Perotti, además de contribuir en los balones aéreos y de mostrar contundencia cuando era necesario. En Sapunaru habita un lateral alto y fuerte con conceptos defensivos de central. De hecho, ha jugado en su carrera en el eje en algunas ocasiones, sobre todo con defensa de tres.

El rumano, además, es aseado en el trato con el balón y sabe cuándo subir. Por si fuera poco, estrenó su cuenta anotadora tras cabecear una falta botada por Víctor y confirmar que puede ser clave en la estrategia ofensiva. Sapunaru no anotaba un gol desde el 23 de octubre del 2011, cuando se lo hizo al Marítimo. Se lo dedicó con un gesto a su pareja y tanto en ese momento como al final mostró su felicidad. La misma que vive la afición con él porque por fin ve un lateral de jerarquía.