Respuesta coral del Govern y el resto de instituciones catalanas y entidades de la sociedad civil a las detenciones de ayer en relación al 1-O. Tras conocerse el alcance de la operación de la Guardia Civil, el president Carles Puigdemont tomó la iniciativa de reunir a su Ejecutivo. Y desde el primer momento se ponían en práctica dos premisas: la de la denuncia contundente de «una suspensión de facto del autogobierno de Cataluña» y la aplicación «de facto de un estado de excepción», y segunda, la reafirmación en favor del 1-O al lado de otras instituciones que a lo largo del día se fueron manifestando en el mismo sentido, pasando por la alcaldesa de Barcelona y acabando en la presidenta del Parlament.

Fuentes del Gobierno catalán subrayaban a media mañana la importancia de dar una respuesta al Estado que fuera «coral y coordinada, con seny, firmeza y responsabilidad». «Las libertades están siendo suspendidas y reprimidas», advirtió Puigdemont en un momento de su alocución contra la que consideró una acción «totalitaria y antidemocrática» del Estado.

EL 1-O SE MANTIENE / Dicho lo cual, el president mantuvo la convocatoria de la consulta: «Los ciudadanos estamos convocados el 1-O para defender la democracia frente a un régimen represivo e intimidador». Puigdemont pidió una respuesta masiva y cívica y añadió a modo de autoafirmación: «El día 1 saldremos de casa, llevaremos una papeleta y la usaremos». Pero la medida intervención pública del dirigente dejó la respuesta concreta al «ataque» estatal en manos de la negociación con los agentes económicos, sociales y cívicos. De hecho, durante la jornada, por el Palau de la Generalitat pasaron entre otros los principales sindicatos para valorar las acciones concertadas a llevar a cabo.

En efecto, si Puigdemont hizo su declaración pública en torno a las 12.45 h, una hora y cuarto después, en la plaza de Sant Jaume, tomaban el relevo la Asamblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural, que se rodeaban de representantes universitarios, sindicales, del tercer sector y del mundo de la cultura, junto a dirigentes de ERC, el PDECat, Esquerra Unida i Alternativa, ICV...entre otros. Una imagen de unidad a la que había que añadir la posición de la CUP y del espacio de los comuns de Ada Colau y Xavier Doménech, que a media mañana también mostraban su indignación en declaraciones en el centro de la plaza.

Este clima de unidad presidió la intervención de las entidades soberanistas, igualmente contudentes respecto a lo que sucedía en ese momento en los registros y detenciones, comparándolo con «un golpe de Estado demoledor contra el régimen del 78». Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, líderes de la ANC y Òmnium, instaban a seguir con las concentraciones ante la sede de la consejería de Economía -uno de los departamentos registrados ayer por la Guardia Civil-. Sánchez aseguró que el 1-O habrá votación y proclamó: «Ha llegado el momento de la resistencia pacífica», y en este sentido convocó a «salir a la calle» engordando la manifestación frente a la sede de la consejería de Economía, y el próximo domingo a las 11.00 h frente a todos los ayuntamientos.

FORCADELl / Minutos después, la alcaldesa de la capital, Ada Colau, se sumaba a la indignación y llamaba a la movilización contra el Gobierno de Rajoy. Una hora más tarde cerraba el círculo la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, en una declaración institucional junto a tres de sus predecesores y los miembros de la Mesa de la Cámara catalana sobrelos quepende una querella. Forcadell también se sumó almantra marcado por Puigdemont: firmeza, civismo y convicción en que el 1-O se votará: «La mejor solución es el voto, llenando las urnas el 1 de octubre, votando sí o no».

Por su parte, el presidente de la patronal de la mediana y pequeña empresa catalana (Pimec), Josep González, consideró «desproporcionada» la actuación de la Guardia Civil. «Es complejo saber cómo acabará todo, pero la actuación de hoy nos parece desproporcionada. Apostamos por el diálogo y el entendimiento y no vamos por ese camino», dijo el también vicepresidente segundo de la Cámara de Comercio de Barcelona en declaraciones a los medios.