Gordon Brown vivió ayer el momento con el que tanto había soñado. Tras años de interminable espera a la sombra de Tony Blair, el ministro de Finanzas británico pudo anunciar al fin su candidatura al liderazgo del Partido Laborista y al puesto de primer ministro.

Con sobriedad y algún obstáculo técnico, Brown lanzó su campaña en The Imagination Gallery, en el centro de Londres, un día después de que Blair confirmó su retirada y fijó la fecha del 27 de junio para su salida del Gobierno. "En las próximas semanas y meses, mi tarea es mostrar que tengo nuevas ideas y la visión y la experiencia para ganarme la confianza de los británicos", comenzó diciendo.

Brown alabó "el coraje y la pasión" de su antecesor, con el que ha mantenido una relación tempestuosa. Los dos hombres parecen haber acordado los términos de una transición pacífica, guardando las apariencias y evitando los escándalos.

Blair rompió ayer el elocuente silencio que había mantenido para ofrecer por primera vez un respaldo inequívoco al candidato. "Estoy encantado de dar mi pleno apoyo a Gordon, como próximo líder del Partido Laborista y primer ministro", afirmó durante una conferencia de prensa con el presidente de Irak, Jalal Talabani.

UN "TALENTO EXTRAORDINARIO" "Tiene lo que hace falta, un talento extraordinario y poco común, experiencia y capacidad de decisión", agregó Blair, quien alabó al "amigo y colega" al que conoce "desde hace 20 años". Sin embargo, en la presentación de su visión del Reino Unido, Brown, marcó algunas distancias con el anterior Gabinete, subrayando que su estilo será muy distinto al de corte presidencialista de Blair, acusado de abusar de la manipulación, el llamado spin. "Nunca he creído que la presentación sea una sustituta del contenido. No creo que la política tenga que ver con la celebridad", lanzó el responsable de Finanzas, quien, también, contrariamente a lo hecho por Blair, prometió dar más poderes al Parlamento.

"El Gobierno debe ser más abierto y rendir más cuentas al Parlamento, en decisiones, por ejemplo, sobre la paz y la guerra, en el designio de cargos públicos y en el nuevo código ministerial de conducta", indicó. "Quiero dirigir un Gobierno humilde que sepa cuál es su lugar, en el que siempre me esforzaré por estar junto a la gente", añadió.

Brown sugirió que el Reino Unido podría tener su primera Constitución escrita. "Necesitamos una Constitución que sea clara en cuanto a los derechos y deberes por ser un ciudadano británico", afirmó. También se fijó como tareas prioritarias mantener la fuerza y la estabilidad de la economía, continuar con la mejora de la sanidad, la educación y los servicios públicos, luchar contra el terrorismo y hacer frente al reto del cambio climático.

CAMBIO DE RUMBO En política exterior, admitió que en Irak "se han cometido errores" y anunció su visita a los soldados allí desplegados, así como una gira por Oriente Próximo. En declaraciones a la BBC, la secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice, comentó que su país trabajará "muy, muy bien con Gordon Brown cuando sea primer ministro".