DIFÍCIL CONVIVENCIA. La bíblica Hebrón tiene una larga historia de convivencia entre ciudadanos árabes y judíos, salpicada periódicamente de odio y masacres por parte de los dos bandos. El origen de la situación actual se remonta a 1968. Un año después de la ocupación israelí de Cisjordania, un grupo de estudiantes talmúdicos se trasladó hasta un hotel de Hebrón con la intención confesa de celebrar la Pascua en la Cueva de los Patriarcas. Sin embargo, ya nunca abandonarían la ciudad.

JUDÍOS FANÁTICOS. Poco después se mudaron a una base militar pegada a Hebrón para fundar con permiso estatal el asentamiento de Kiriat Arba, habitado hoy por 9.000 colonos. En 1979 un puñado de ellos, todos fanáticos religiosos, recalaron en el centro histórico. Ahí se quedaron. En 1994 palestinos e israelís dividieron la ciudad en dos sectores: el H1, administrado por la la Autoridad Palestina, y el H2, controlado por el Ejército israelí. Es aquí donde viven los 800 colonos, los más radicales de Cisjordania, puerta con puerta con los árabes.