La presidenta de la comunidad madrileña, Esperanza Aguirre, llegó ayer a Madrid después de vivir una odisea en Bombay y lograr escapar entre "charcos de sangre". Lo primero que hizo: ver a su familia. Lo segundo: comparecer ante los periodistas. Con la ropa ligera que había llevado y sin quitarse los patucos que suelen repartir en los aviones (la temperatura en Madrid era gélida), apuntó que, estando en el Hotel Oberoi de Bombay, oyó "una ensalada de tiros". Pensó que eran cristales rotos. Tras tirarse al suelo y quedar descalza, fue empujada con varios miembros de su delegación hacia una cocina. Otra parte de dicha delegación salió del edificio. Finalmente, ella y los que la acompañaban lograron salir del hotel y encontrar un coche.