El destino ha querido que una de las localidades vascas más duramente golpeadas por la crisis haya recibido una lluvia de millones. Mondragón (Vizcaya), sumida en una fuerte depresión tras la caída de Fagor Electrodomésticos, ha cosechado nada menos que 180 millones de euros en el sorteo de ayer. Además, la localidad andaluza de Bailén resultó agraciada con 60 millones de euros.

En el caso de Mondragón, han sido 45 series enteras del Gordo, a 400.000 euros el décimo. Los premiados son, en muchos casos, personas con un panorama económico más que complicado, bien por ser alguno de los 2.000 trabajadores de la cooperativa que han perdido su empleo y sus ahorros, o por tener su puesto de trabajo ligado indirectamente a una firma actualmente en concurso de acreedores.

Nada más conocerse la buena noticia, cientos de personas se acercaron hasta la administración número 2 de Mondragón. Su ubicación no podía ser más premonitoria, ya que se encuentra en el barrio de San Andrés, precisamente donde Fagor Electrodomésticos tiene una de sus plantas.

Hasta ahí se acercaron José Ignacio Agüero y Carmen Conejo, un matrimonio que hace apenas unos días adquirió dos décimos del número premiado en un concesionario de coches. También ha resultado agraciada la madre de él, con la que compartieron una participación de diez euros, que ayer se convirtieron en 200.000 euros. Absolutamente exultantes, admitieron que iban "bastante necesitados", con tres hijos en paro.

LÁGRIMAS Y EUFORIA Pocas veces en la historia de Euskadi un premio ha supuesto tanto alivio para una población, con la excepción de 1983, cuando el segundo premio de la Lotería de Navidad dejó en Bilbao 7.000 millones de pesetas apenas unos meses después de las trágicas inundaciones que asolaron la ciudad. Y es que en Mondragón, las lágrimas de los últimos meses dejaron ayer paso a la euforia.

Los móviles no dejaban de sonar, mientras los vecinos se arremolinaban. La emoción se desbordó, también entre quienes no habían resultado agraciados pero se alegraban por sus convecinos. Alberto era el rostro de la felicidad; su hija está en paro, tras años trabajando en Fagor y le había tocado.

La caprichosa fortuna quiso que las cinco hermanas de Jesús Hernández, propietario del bar JJ, se quedaran sin premio, mientras que resultaron agraciados sus cinco hermanos varones. José Mari Garai, el responsable de la administración, estaba pletórico. Antes de brindar con todos los que se acercaron a su local, puso dos carteles, en euskera y en castellano, para dejar bien claro su orgullo: el 62.246 se había vendido allí.

ANDALUCÍA La suerte llegó generosamente a Andalucía, cuyos ciudadanos se habían gastado 290 millones en la lotería de Navidad. La localidad de Bailén (Jaén) resultó especialmente agraciada. Su administración número 3 repartió 60 millones de euros, una cifra que, según aseguró su propietario, "ha traído una enorme alegría" a una población que "se lo merece". Numerosos vecinos de todo Bailén se agruparon en la puerta de la citada administración y celebraron la suerte con vino espumoso.

La lluvia de 60 millones de euros ha sido recibida como un verdadero maná en un municipio muy azotado por el desempleo desde que se pinchó la burbuja inmobiliaria. Bailén, uno de los centros más importantes en España en producción de ladrillo y cerámica industrial, ha sufrido esta dramática crisis desde el punto de vista del desempleo, con tasas de paro superiores incluso al cuarenta por ciento en algunos sectores. La crisis en el sector de la construcción ha convertido a Bailén en centro de la diana de sus negativos y devastadores efectos por cuanto buena parte de las plantas de producción de ladrillos, tejas y cerámica industrial han acusado de manera "drástica" esta situación con cierres de empresas, de concurso de acreedores o de regulación de empleo.

Hasta el inicio de la crisis en 2008 se ubicaban en Bailén cerca de medio centenar de empresas que contaban con varios miles de trabajadores, además del millar de empleos indirectos que crea este sector en talleres, transporte o empresas auxiliares. Por eso, la lluvia de millones que ha traído el Gordo de la lotería de Navidad ha insuflado esperanza e ilusión en un municipio en el que muchos de sus vecinos se encuentran actualmente en plena recolección de la aceituna.