Un napolitano veinteañero contratado como mecánico por el equipo italiano de automovilismo BVM Target, Francesco Raimondo, tuvo en vilo el sábado a la organización y a los participantes de las World Series de Renault que se celebraban en el circuito de Motorland, así como a la Guardia Civil, que tuvo que movilizar efectivos en la provincia de Teruel y en las seis que la circundan para resolver lo que acabó siendo un falso secuestro.

El joven llamó a primera hora de la mañana, más o menos a la misma a la que mecánicos, pilotos y demás personal debía comenzar su jornada en el circuito alcañizano, al teléfono móvil del mánager del equipo, Roberto Venieri. Entre sollozos -y con una

entonación nerviosa y agitada, informa Europa Press- le contó que había sido secuestrado y que sus captores iban a pedir a cambio de su liberación un rescate cuya cuantía concretarían más adelante. Coló.

Venieri, angustiado por lo que acababa de contarle su empleado, y aunque este le había insistido en que no avisara a la Policía, se dirigió al puesto de la Guardia Civil de Alcañiz, ante cuyo equipo de Policía Judicial denunció los hechos.

Los agentes del instituto armado, sorprendidos a su vez por la presunta comisión de un secuestro en la provincia española con menor tasa de criminalidad y en un entorno como el automovilístico, pusieron inmediatamente en marcha un operativo para tratar de localizar a los secuestradores y liberar a la víctima.

COCHE DEL EQUIPO / Esta había salido del hotel de una localidad bajoaragonesa en el que se alojaba el equipo automovilista horas antes de la llamada al mánager y en uno de los coches de alquiler que se había agenciado el BVM Target para desplazarse durante las World Series.

Ocho horas después de saltar la alarma, en torno a las cuatro de la tarde, una pareja de la Guardia Civil avistó el coche en la entrada de Mas de las Matas. Lo conducía Francesco Raimondo, que se encontraba ileso y en perfecto estado de salud. Llevaba encima su teléfono móvil, la documentación y diversos efectos personales.

Una vez liberado, y al mismo tiempo que Motorland y el circo de las World Series de Renault recobraban la calma, el napolitano fue trasladado a las dependencias de la Policía Judicial de Alcañiz, donde debía prestar declaración como víctima de un secuestro.

Sin embargo, tras ofrecer unas inverosímiles explicaciones en las que mezclaba el secuestro con otros asuntos y detalles que resultaban chirriantes, se desmoronó y reconoció que se había inventad el secuestro.

Quedó detenido y hoy pasará a disposición del juzgado de guardia de Alcañiz como presunto autor de una simulación de delito, infracción penal sancionada con multas que pueden alcanzar los 117.000 euros.