En poco más de tres meses de aplicación, la ordenanza cívica de Zaragoza ha permitido a la Policía Local imponer 216 denuncias por hacer necesidades fisiológicas (defecar, orinar o escupir) en la calle. La mayoría de estas sanciones se han impuesto en el entorno de las zonas de bares o de los espacios en los que se organizan botellones como la plaza de Los Sitios, el paseo Constitución o los parques de la ribera del Ebro. Además, se ha pillado in fraganti a otras 35 personas mientras arrojaban basura a la vía pública y a 26 más que dañaban el mobiliario urbano.

La normativa municipal, que entró en vigor el pasado 19 de noviembre, ha posibilitado imponer un total de 290 infracciones leves y 23 graves vinculadas con la ordenanza de Protección del Espacio Urbano. Entre las graves, destacan las once relacionadas con el vandalismo, las nueve con los grafitis y tres más por dañar "maliciosamente" árboles y plantas. Entre las leves, hay una abrumadora mayoría por orinar en la calle, seguida a mucha distancia de las relacionadas con tirar basura y dañar el mobiliario urbano. También se han tramitado tres denuncias por acampar en la vía pública, tres más por encender fuego sin licencia, cinco por no retirar los excrementos de los perros y dos más por tirar la basura fuera de los contenedores.

IMPORTES El vicealcalde de Zaragoza, Fernando Gimeno, explicó que las infracciones leves vienen acompañadas de una sanción de unos 250 euros de media, mientras que las graves suponen un desembolso económico medio de unos 600 euros. Además, el Ayuntamiento de Zaragoza ha previsto rebajas para los infractores y si asumen la responsabilidad en el momento de los hechos se les aplica un descuento del 40%, es decir, que orinar en la calle supone en estos casos rascarse 150 euros del bolsillo. Si cuando son pillados cometiendo la infracción no la reconocen, pero sí la asumen a posteriori, el abaratamiento es del 20%.

La aplicación de la ordenanza ha permitido al consistorio recaudar unos 50.000 euros en tres meses, ya que 16 jóvenes han optado por acogerse a los trabajos sustitutivos en beneficio de la comunidad ante la imposibilidad de pagar las sanciones. "No tenemos un afán recaudatorio, sino que queremos lograr un efecto ejemplarizante", explicó Fernando Gimeno.

Tras muchos meses de indefinición y de cambios en las propuestas, el alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, se atrevió a aprobar esta normativa cuando la pasada primavera aparecieron pintadas en la pasarela de Manterola, solo unos días después de su inauguración y a escasas semanas de la apertura de las puertas de la Expo. PSOE y PAR consiguieron el apoyo del PP para sacarla adelante, mientras que CHA e IU la rechazaron por considerar que no iba a servir para atajar los problemas de vandalismo. Todavía está pendiente la actualización de la ordenanza de Parques y Jardines y de la de Limpieza.