Zaragoza volvió a sufrir anteayer una pequeña oleada de secuestros virtuales, una estafa en la que la víctima recibe una llamada telefónica que le comunica el rapto de un familiar y en ocasiones llega a pagar elevadas cantidades de dinero por su liberación sin poder comprobar que no ha corrido peligro.

Seis zaragozanos denunciaron anteayer haber recibido llamadas de este tipo, confirmaron fuentes policiales, si bien ninguno llegó a caer en la trampa. En uno de los casos la víctima estuvo cerca de tramitar el pago al creerse el secuestro, pero estaba acompañado de alguien que había oído hablar de esta estafa, y pudo disuadirle a tiempo. Todos estos casos, como el resto de los que se han producido en la capital aragonesa --hasta mayo eran ya más de un centenar en toda España-- están bajo investigación del Grupo de Atracos de la Jefatura Superior de Policía de Aragón.

FIJOS La novedad de esta última oleada de llamadas fue que varias de ellas se hicieron a teléfonos fijos, cuando el modus operandi habitual de los delincuentes es intentarlo con números de móvil, al azar.

La víctima de estos intentos de estafa recibe una llamada de un número oculto o con el prefijo 0056 (Chile), origen habitual de estas prácticas, en la que el supuesto secuestrador le comunica que han secuestrado a un familiar. A veces otro de los estafadores se hace pasar por este.

Al parecer en ocasiones aciertan al azar --por ejemplo, que sea una joven la que finja ser la secuestrada y la víctima tenga una hija-- y juegan con que el destinatario de la llamada se ponga nervioso y no intente contactar con su familiar, o no lo consiga, por ejemplo porque esté en el cine. Al hacer llamadas masivas, les basta con acertar un mínimo porcentaje de casos y que alguno de ellos pique para que la estafa les salga rentable.

Si la víctima se traga el anzuelo, van consiguiendo algún dato más, entre amenazas de hacer daño a la víctima ficticia, para hacer más creíble el rapto. Al final le piden que ingrese una cantidad de dinero en las cuentas que manejan para dejarla en libertad. En Zaragoza se han llegado a ingresar 5.000 euros, en uno de los casos registrados el año pasado, el único en el que hay constancia del pago de rescate.

Los especialistas en secuestros y extorsiones de la Policía Nacional indican que hay que desconfiar de este tipo de llamadas y contactar de inmediato con ellos, en el 091 o en comisaría, para avisar, pese a que sea una de las amenazas de los falsos secuestradores.

Si se conoce la técnica, a menudo basta con comprobar con el familiar que no existe tal secuestro, pero aún así es aconsejable denunciar para que la Policía pueda investigar las llamadas.

Estas llamadas simulan ser secuestros exprés de los que sí se practican con cierta frecuencia en algunos países latinoamericanos, pero en España la inmensa mayoría de casos son estafas como las descritas. En Aragón, además de en Zaragoza, se han dado casos en Calatayud y en Ejea de los Caballeros.