Un fallo judicial ha dado la razón a este hombre de 75 años: las ayudas del Salud para material ortoprotésico no están sujetas al IRPF, como le exigía la Agencia Tributaria. Hoy se siente muy orgulloso de haber plantado cara.

Cómo se les ocurre cobrarnos un impuesto por una subvención que nos da la Administración para poder adquirir una silla de ruedas. Es vergonzoso y la de veces que Hacienda lo habrá hecho de forma injusta". Segismundo Lambea, a sus 75 años y a pesar de su minusvalía que arrastra desde la infancia, ha ganado una batalla. Y quiere que se sepa para que otras personas no caigan en lo mismo. El Tribunal Económico Administrativo de Aragón le ha dado la razón. La ayuda económica recibida por el Servicio Aragonés de Salud para la compra de una silla no debe ser declarada como rendimientos del trabajo, ni mucho menos, como le planteó la Agencia Tributaria en el 2003.

"Me quedé de piedra cuando desde la Agencia Tributaria recibí un requerimiento como que había omitido la cantidad percibida en su día para la silla de ruedas eléctrica. Soy una persona que siempre he cumplido con mis obligaciones y con mis deberes. Pero también creo que tengo que defender lo que es justo. Y esa subvención no forma parte de mis rendimientos del trabajo sino de una ayuda para mejorar mi calidad de vida".

Con gran determinación, Segismundo se puso en manos de los profesionales de la asesoría jurídica de la Asociación de Disminuidos Físicos (DFA) a la que pertenece desde hace años. "Presentamos unas alegaciones porque consideré que no era justo. No quiero nada por caridad si no sólo lo que me corresponde. Decidí no quedarme parado. Hacienda me requirió una liquidación complementaria, con recargo y tuve que depositar el doble de lo reclamado inicialmente. Lo pagué y ya pude presentar un recurso y después de más de dos años, el Tribunal Económico Administrativo de Aragón me ha dado la razón.mediante una sentencia del mes de julio, que desde luego espero que siente precedente".

Orgulloso se siente este hombre que ha podido desenvolverse en la vida, a pesar de la minusvalía que arrastra desde que a los diez meses sufrió la polio. "Desde los cinco años utilizo bastón, muletas, bastón y muletas, hasta que mi cuerpo ha degenerado tanto que ya no tengo fuerzas. Hace cuatro años comencé a sufrir muchos dolores, en los brazos, con tendinitis en hombros y brazos. y he pasado tiempo con antiinflamatorios y con reposo y sin poder moverme".

Finalmente, fue un especialista en Traumatología y otro de Rehabilitación los que acordaron prescribirme una silla de ruedas con motor ante mi incapacidad para las muletas", recuerda ahora.

Por supuesto, cuando Segismundo presentó su declaración de la renta correspondiente al año 2003 no se le ocurrió incluir la subvención que le había concedido el Servicio Aragonés de Salud para comprarse la silla de ruedas. "La historia es que hay mucha gente que a lo mejor recibe este tipo de subvenciones pero que luego no realiza la declaración de la renta, porque no tienen obligación. Y también habrá personas que como yo deben presentarla pero que ni se habrán planteado analizar esta cuestión y esto es una rueda. Y hacienda sigue exigiendo un tributo que no le corresponde, pero si cuela, cuela. Y así nos va. Hay tantos entresijos que desconocemos. Pero desde luego la ley no lo permite, como ha quedado claro con la sentencia".

Este hombre, natural de Tauste donde trabajó como funcionario de la DGA en el Departamento de Agricultura, agradece el esfuerzo y la.gestión realizada por los servicios jurídicos de la Asociación de Disminuidos Físicos. "Han trabajado muy duro y lo han conseguido. Y además de beneficiarme a mí como individuo sin duda servirá para defender el fuero de otros personas en situación similar".

Desde la propia DFA también se manifiesta su satisfacción por el fallo que da la razón a la asesoría jurídica de la asociación, al no considerar sujetas al IRPF "las prestaciones que otorga el Salud para adquirir material ortoprotésico, por no tratarse ni de rendimientos del trabajo ni incremento patrimonial". En cualquier caso, la entidad aragonesa confía en que la Administración sea más sensible en el futuro hacia las necesidades de las personas dependientes.