Ser la cuarta capital de España está un poco más al alcance de la mano de Zaragoza a tenor de los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre el padrón, que ha dejado a la capital hispalense a poco más de 18.000 habitantes de la aragonesa. Pero la tendencia que siguen ambas ciudades es radicalmente opuesta. En la última década, le ha recortado más de 65.000 y el último año la ciudad andaluza redujo el número de empadronados hasta quedarse a solo 169 que abandonar el selecto club de las grandes capitales con más de 700.000 habitantes, con las consecuencias que esto conllevaría, mientras en Zaragoza aumentó más de un 3% el número de inscritos en el censo municipal.

Según la información publicada por El Correo de Andalucía, el drama que supondría bajar de los 700.000 habitantes para Sevilla, porque perdería concejales e ingresos económicos, contrasta con la tendencia ascendente de Zaragoza en la pelea por ser la cuarta ciudad de España. Madrid, Barcelona y Valencia quedan más lejos de ambas, y en el caso de la capital andaluza está haciendo más mella el paro juvenil y la marcha al extranjero de más hispalenses en busca de mejor fortuna, así como la reducción del número de inmigrantes. Un fenómeno al que tampoco escapa Zaragoza pero, al parecer, no está teniendo el mismo efecto.

Zaragoza se erigió el año pasado en una de las trece capitales españolas que crecieron en población en el último padrón. No en vano, con 2.380 personas más, un 0,35% de aumento, es la tercera que mayor aumentó experimentó, solo superada por Almería y Ávila.

Este dato dejaba a Zaragoza, por tanto, con 682.004 habitantes, a 17.996 de la ansiada barrera de los 700.000 y a 18.165 de Sevilla, su inmediata rival por el cuarto lugar del escalafón de la población en España.

Se trata de una diferencia que, a priori, podría considerarse holgada si se obvia una circunstancia crucial: la evolución de los últimos diez años. Zaragoza en una década ha reducido la diferencia con Sevilla en 65.729 habitantes. En ese año, el 2003, la capital hispalense celebraba lo que es su todavía vigente techo demográfico con 709.975 sevillanos inscritos en el padrón municipal. Desde entonces, la caída ha sido en picado y aun ritmo medio de unos 6.500 empadronados menos que Zaragoza cada año, a la capital del Ebro apenas le costaría tres años más dar alcance y superar a la ciudad hispalense y convertirse en la cuarta ciudad de España en cuanto a población.

PERCEPCIÓN MAYOR

Además de lo que dicen los fríos datos de la estadística, la percepción que existe en Zaragoza, más concretamente en el ayuntamiento, es que la diferencia ya no es tal entre ambas ciudades. Incluso que hay muchos más de 700.000 habitantes residiendo en la capital aragonesa.

Porque, a juicio de los gestores locales, las personas que viven en la ciudad desde hace muchos años y siguen inscritos en el padrón de sus lugares de origen es una práctica más extendida en la capital aragonesa que en otras ciudades, como Sevilla. Donde, por otro lado, existe un entorno con municipios más poblados que los que tiene Zaragoza.