Desayundo con ella". Tras una noche de muchas copas Messi amaneció junto a la más deseada, la Orejona, y colgó una foto junto a ella en Instagram. Lo que antes era un sueño imposible para los culés, prohibido durante décadas, se ha convertido en un sueño recurrente, en una estampa cotidiana desde que este extraterreste aterrizó en el Camp Nou para cambiar para siempre al Barcelona.

Muchos de los culés que defendían su venta hace apenas un año, que argumentaban que la estrella ya había iniciado su cuesta abajo, se lanzaron a la procesión culé para expiar el pecado de apostasía. Allí se encontraron con miles de seguidores en una rúa de tres horas para honrar a los tricampeones.

Pese a venir del país del sambódromo, Douglas miraba alucinado el espectáculo unas calles bañadas de azulgrana, saludando a todo el mundo con una sonrisa en los labios. En un año en el Barça ya ha ganado tantas Ligas y Champions como Cristiano en seis temporadas en el Madrid. Para su compatriota Neymar era su primera rúa. Y, pese a que la noche en Berlín había sido muy larga, lo dio todo en el autobús. Botó, cantó y bromeó con sus compañeros. Después del desgaste agradeció la bolsa con hamburguesas que le lanzaron desde la calle casi tanto como el pase de Pedro. Para volver a demostrar el espíritu solidario del tridente, las compartió con Suárez y Messi. Entre el uruguayo y el brasileño, ambos luciendo las banderas de su país, le quitaron las bambas a Piqué y las tiraron al público.

El central, showman por naturaleza, volvió a ser uno de los animadores del trayecto. Después de hacerse una foto con los pies sobre la Copa y fumando un puro en el vestuario de Berlín, se encaramó al techo del autocar, junto a los trofeos de la Liga, Copa y Champions que presidían la comitiva. Más de uno temió que pudiera hacer un Sergio Ramos, pero su control del improvisado escenario fue tan grande como el que ha demostrado en el balcón del área. Su compañero en el eje, Mascherano, también terminó descalzo,

Xavi, con la bandera catalana al cuello, disfrutaba de cada segundo consciente de que es su última rúa como jugador. Quién sabe si dentro de unos años podrá hacer como Luis Enrique y vivirla también como técnico. Luis Enrique estaba exultantedisfrutando como un niño de la "mejor rúa del mundo". Si la rúa fue para todos los públicos, sin excesos de otras ocasiones, el espectáculo del Camp Nou también. Los 70.000 espectadores vieron un show en el que unos niños introducían un repaso a una temporada de ensueño en un espectáculo de luz y color.

El club ya piensa en el futuro con la incorporación de Aleix Vidal. La presentación del lateral será lo último que haga la junta directiva antes de presentar su dimisión en bloque para afrontar las elecciones presidenciales, posiblemente el 19 de julio. El club quedará en manos de una gestora, encargada de velar por la gestión del día a día y por las elecciones, pero todo movimiento institucional y deportivo quedará paralizado hasta la entrada del nuevo presidente.