El desplome de la construcción sigue cobrándose víctimas en Aragón. El grupo Prainsa, propiedad de Jaime Raventós Irigoyen, presentó el pasado 19 de octubre un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de extinción para 19 trabajadores de Prainsa Prefabricados y para otros 17 de Prefabricados Agrícolas e Industriales, según informó a este diario un representante de los afectados. En el primer caso se trata de comerciales repartidos por las diversas delegaciones que el grupo tiene en distintas capitales de España, mientras que en el segundo los damnificados se concentran en tres centros de Zaragoza (Argualas, Vía Hispanidad y Zuera), según añadió la misma fuente.

El próximo martes se celebrará la tercera reunión del periodo de consultas, si bien la negociación apenas ha avanzado desde que comenzó. La compañía ofreció ayer mismo a los afectados una indemnización de 21 días por año con un tope de 12 mensualidades, pero con pago aplazado en diez veces, porque argumenta que "no tiene liquidez". La situación de los trabajadores es delicada, ya que se les adeuda las nóminas de septiembre y octubre (el día 1 de este mes cobraron la de agosto), además de tres cuartas partes de la última paga extraordinaria.

Algunos empleados de la factoría de Zuera (la primera y más obsoleta del grupo) han abandonado la empresa voluntariamente con la indemnización mínima que establece la ley (20 días) ante el retraso en el pago de los sueldos. Allí trabajaban 300 personas en el 2007; ahora apenas alcanza la veintena. La compañía solo quiere quedarse con cuatro empleados y reducir la actividad a una línea de un producto concreto que solo se fabrica en las instalaciones zaragozanas, siempre según fuentes de la plantilla.

La cara de la misma moneda es la planta burgalesa de Fresnillo de las Dueñas, la más moderna del grupo y que se encuentra prácticamente al 100% de su capacidad de producción. Su plantilla acordó emprender una huelga indefinida a partir del día 15 de este mes si no se pone una solución a los impagos que sufre, según informó el Diario de Burgos.

Los trabajadores temen que los despidos se sigan sucediendo en las próximas semanas. Afirman que Conavinsa, constructora del grupo, está en concurso de acreedores y auguran que otras firmas del hólding empresarial podrían sufrir el mismo destino ante el hundimiento del sector de los prefabricados en el mercado español.