El escritor Carlos Zanón, ganador del Premio Dashiell Hammett de la Semana Negra de Gijón de 2015, participó ayer en el Festival Aragón Negro, presentando Yo fui Johnny Thunders y Marley estaba muerto. Zanón (Barcelona, 1966), a quien se le compara con Jim Thompson y Vázquez Montalbán, dice que hace novelas negras "muy poco estándar". A pesar de que sus novelas transcurren en Barcelona, asegura no "estar enamorado" de su ciudad.

--En su obra hay crítica social, ¿cree que es uno de los aspectos fundamentales de la novela negra?

--Yo creo que las novelas siempre son una mirada y mis personajes eligen la violencia porque no tienen otra alternativa. La violencia no siempre tiene que ser física, de una banda o narcotraficantes: a mí eso no me interesa. La violencia puede ser psicológica, social, económica. La novela negra, al insertarse dentro de la sociedad, en un costumbrismo tiene que mirar la realidad y eso conlleva realizar una crítica.

--La violencia de género también aparece en sus novelas.

--Como ciudadano me hierve la sangre: tener al demonio en casa. Como novelista, el novelista tiene que ser amoral. No puedes hacer un relato maniqueo: el maltratador no es un extraterrestre que ha caído de una nave espacial, es una persona que llega un momento en el que no ve otra salida que ejercer esa atrocidad. Por otra parte están los roles. Es muy fácil criticar un asesinato de un hombre a su mujer y no ver que eso no es sino la exageración de unos roles, que hay programas de televisión que los fomentan: la mujer como objeto sexual... Para combatir eso hay que cambiarlo desde el principio. Hay que cambiar las relaciones. Si alguien te lo hace pasar mal eso no es amor, es una mierda.

--Qué tiene la novela negra para gustar tanto?

--Bueno, yo creo que es un cúmulo de circunstancias, una suma de cosas. Es un género que viene de ser un gueto, de ser un subgénero. Trata de explicar lo que una persona ve cuando sale a la calle. Apareció Larsson (Millenium) que llevó la novela al siglo XXI, se cargó al detective y mete la informática, un personaje como Lisbeth Salander, el periodismo de investigación, la conspiranoia. Y luego los lectores son muy fieles, si tú les gustas se leen todos tus libros.

--¿Cómo ayuda este festival, y otros similares, a fomentar la lectura de la novela negra?

--Crea una relación entre los autores y los lectores y también un intercambio de ideas. Es un intercambio de información y de sensaciones. Escribir es un trabajo muy solitario y el contacto con el lector siempre es genial. Y las ciudades en realidad son las cosas que los artistas han hecho en ellas. Por lo tanto todo lo cultural que pasa en una ciudad la engrandece.

--¿Impone mucha presión escribir una novela después de recibir un galardón como el Hammett?

--Sí, pero tienes que hacer de eso una fuerza. Yo lo concibo como que hay cosas que ya no puedo hacer, o tomar caminos anteriores. Pero prefiero equivocarme a repetirme.