El zaragozano Fernando Lalana es el ganador del premio Edebé de literatura infantil --dotado con 25.000 euros-- con Parque muerte, que trata sobre el suicidio. Por su parte, el catalán César Mallorquí logró el galardón en el apartado juvenil --dotado con 30.000 euros-- por La isla de Bowen.

La novela de Lalana, que hace su libro número número 111, aborda el tema siempre incómodo y muy poco habitual en literatura infantil del suicidio y la muerte, mientras que Mallorquí, que ha recibido el premio en cuatro ocasiones, apuesta por una historia al estilo de su admirado Julio Verne.

El jurado del apartado infantil Vicenç Villatoro alabó la obra de Lalana al entender que se aparta de la fórmula habitual del género, situando el futurista argumento en un antiguo parque de atracciones (Port Aventura) ahora dedicado a la muerte.

A su juicio, se trata de una novela arriesgada, creada con oficio y talento. "Es uno de los premios Edebé más sorprendentes, radicales y más indiscutibles de los últimos años", reconoció.

A pesar del tema que trata en el libro, Lalana, que cumple tres décadas como escritor, advierte de que se trata de "una historia muy divertida, escrita en clave de humor", uno de los marchamos de su literatura. "Que nadie espere una cosa tremenda aunque el suicidio es un leiv motiv muy presente, porque me encajaba muy bien en la intriga que pensé desde el principio".

Sin querer desvelar mucho de la trama, sí avanzó que sitúa el relato en un futuro indeterminado en el que la gente "se ha dado cuenta de la estafa que suponen los parques temáticos, siendo Port Aventura el último en cerrar". Allí transcurre la acción, después de ser adquirido por una multinacional armamentística a La Caixa, con un Dragon Khan denominado Accidente mortal" y en el que, confiesa Lalana, montó en una ocasión empujado por su hija mayor y todavía tiene pesadillas.

Nacido en Zaragoza en 1958, Fernando Lalana se dedica a la literatura desde que en 1982 publicara El Secreto de la arboleda , finalista del premio Barco de Vapor. A lo largo de su trayectoria, con varios premios en su haber --entre ellos, el año pasado recibió el Cervantes chico--, y ha vendido unos tres millones de ejemplares de sus obras.

HOMENAJE A JULIO VERNE En el apartado de literatura juvenil volvió a imponerse César Mallorquí (1953) --hijo del creador del mítico El Coyote-- con una obra que, según el jurado Robert Saladrigas, es "un novelón, homenaje explícito, sentido e inteligente a Julio Verne".

Entusiasmado, Saladrigas señaló que no es una obra dirigida únicamente a jóvenes, sino que también la pueden hacer suya los adultos. La isla de Bowen la escribió para él mismo, "lo que le creó "una profunda inseguridad", porque no sabía si les gustaría a otras personas.

Cree que se trata de una obra divertida, que transcurre en una isla del Ártico, con el malhumorado y machista profesor Ulises Zarco como protagonista, junto a un joven fotógrafo llamado Samuel Durango.