Paco Ibáñez lo fue. Y Joan Manuel Serrat. También Kepa Junquera, Eliseo Parra, Joaquín Carbonell, Eduardo Paz, Carmen París y Pablo Guerrero. Así, hasta llegar a cuarenta artistas. Y también a miles de personas que no perdieron su oportunidad. No estuvo de cuerpo presente pero anoche hubo casi cuatro mil Labordetas en una sala Multiusos del Auditorio de Zaragoza que se llenó en un concierto conducido por Miguel Mena y que fue el pistoletazo de salida de la fundación José Antonio Labordeta.

DE MENOS A MÁS

Un arranque muy emotivo que fue subiendo en intensidad y que acabó con todos los artistas sobre el escenario cantando el Canto a la libertad mientras el público con los brazos en alto y agarrados lo entonaba por encima de los propios cantantes antes de que un grito atronara en toda la sala: "¡Este es el himno de Aragón!". Antes, la emoción (y algunas lágrimas entre el público) ya se había desbordado cuando, a modo de despedida, Joaquín Carbonell empezó a entonar los primeros versos de Somos al que sigueron el resto de artistas.

Fue el culmen de una noche que comenzó con la viuda de Labordeta, Juana de Grandes, sobre el escenario recordando que ayer justo se cumplían 50 años de su boda y en la que hubo hueco para casi todos los estilos musicales: desde el flamenco de Sílvia Pérez Cruz, de la Orquesta Popular Magdalena y de Rodrigo Mabuse hasta las jotas de Nacho del Río y Beatriz Bernad y de la inclasificable Carmen París (que puso los pelos de punta con Albada que interpretó acompañada de un jembé) pasando por el folk de Kepa Junquera y Eliseo Parra (que interpretaron unas coplas en las que recordaron, entre otras cosas, el famoso episodio de Labordeta en el Congreso o su programa Un país en la mochila) y el de Biella Nuei (Aqueras montañas) para llegar a sus amigos y cantos de guitarras como Paco Ibáñez (que interpretó La mala reputación), Joan Manuel Serrat (que cantó un emocionante Aragón), Pablo Guerrero y Luis Mendo (Sueños), o Joaquín Carbonell y Eduardo Paz (Quien me cerrará los ojos). Junto a todos ellos, el disc jockey Mr. Pendejo fue el encargado de abrir la noche y La ronda de Boltaña, ya en el vestíbulo, de cerrarla, ante una audiencia que todavía tenía más ganas de fiesta.

Pero, más allá de lo musical y de la puesta en marcha de una fundación que pretende velar y reivindicar el legado de la figura del aragonés, la noche de ayer sirvió para reivindicar la figura de José Antonio Labordeta. Esa que, tal y como dijo Juana de Grandes, la gente no "ha olvidado en ningún segundo" pero, sobre todo, para cantar al futuro. De ahí el lema Aragón sigue, Labordeta vive y la esperanza que destilaron artistas como Serrat: "Labordeta fue un hombre honesto que nos enseñó a defender los ideales de uno por encima de cualquier laminería que ofrece la vida" porque, al fin y al cabo, se encargó de reivindicar Paco Ibáñez, uno de los más aclamados de la noche, "José Antonio era Aragón". Y es que, aseguró el veterano cantautor: "Labordeta no está aquí hoy físicamente pero sí su memoria y su corazón". Algo que apoyó su amigo Joan Manuel Serrat momentos antes del concierto: "La figura de José Antonio Labordeta es un referente que, a medida que pasa el tiempo, crece y se esparce entre todos los aragoneses".