Cielos despejados, una temperatura agradable, vistas al puente de Piedra y el sonido del río Ebro de fondo. Con todos estos ingredientes, ¿quién echa de menos un recinto cerrado para difrutar de un espectáculo? Arte en espacios abiertos es precisamente lo que presenta el certamen Off de calle, un veterano ya de las fiestas del Pilar de Zaragoza con la celebración de su catorce edición. Este año, las ubicaciones de libre acceso seleccionadas son el Anfiteatro Náutico y el Balcón de San Lázaro con un programa que abarca danza, música, teatro, clown y circo. Artistas de un total de 11 compañías (cuatro locales y siete nacionales) han salido a la calle para acercar a la gente todo su talento.

Los ciudadanos hicieron caso a la llamada del arte ayer por la tarde y en el Anfiteatro Náutico no cabía un alfiler. El responsable de la convocatoria fue Máximo Óptimo y su obra de circo Mínimo Pésimo. Llegado desde Madrid, el artista comenzó a interactuar con el público sin que nadie se diera cuenta. Mientras pretendía acabar con los últimos detalles del decorado, hizo cómplice a varios espectadores, quienes se encargaron de avisar a Máximo cuando el reloj marcase las siete en punto. Llegado el momento, volvió a pedir colaboración para que un voluntario cerrase la puerta inexistente de este anfiteatro (los espectáculos Off de calle son de libre acceso).

Los malabares con mazas comenzaron, Máximo se colocó una de ellas en la nariz con una infusión en lo más alto, subió unas escaleras, al mismo tiempo que tocaba un acordeón y se bebió el té a través de una paja de plástico. El público rompió a aplaudir y no faltaron manos cuando pidió a un colaborador infantil para el siguiente número. Diego, de cuatro años, fue el elegido. Tras seguir instrucciones, el pequeño fue capaz de hacer girar un plato sobre un palo. Otros dos seleccionados se convirtieron en «soldados» y ayudaron al actor a subirse en un monocliclo alto, donde los malabares continuaron. A ras de suelo, el desafío aumentó y motosierras y cuchillos comenzaron a volar mientras el público animaba con palmas.

La improvisación de Máximo estuvo presente. Un asistente de las primeras filas se encontraba hablando por el móvil y el comediante no dudó en tomarlo prestado para informar a la persona que estaba al otro lado de la línea, que su interlocutor estaba viendo un espectáculo y que ya le llamaría en otro momento.

El certamen concluirá mañana con dos actuaciones en el Anfiteatro Náutico, a las 19:00 y a las 21:00.